Opinión

Iván Hernández Umaña, al fin, en casa

Iván Hernández Umaña, al fin, en casa

Iván Darío Hernández Umaña es economista y heredero de una estirpe académica, ícono del debate académico e intelectual del país. Aunque es magister en economía de la Universidad Nacional, magister en economía de la universidad de Warwick y Doctor en economía de la universidad de Manchester, su larga lista de títulos académicos no son suficientes para definirlo.

Es cierto que durante casi dos décadas fue docente de la Universidad Nacional de Colombia, investigador, director de Laboratorios de creatividad para la innovación y del Grupo de Investigación Economía evolucionista del Centro de Excelencia en Complejidad, que es miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas, que ha publicado cinco libros y capítulos en 28 más, además de decenas de artículos en revistas especializadas; si, todo eso es cierto, pero nada de eso tiene que ver con lo realmente noticioso de su biografía.

Respetado como pocos, cansado de la ciudad y del caos, junto a su esposa Carolina Patiño, otra loca por el pensamiento y la investigación, comunicadora social, magister en Producción de documentales y doctora en Medios audiovisuales y arte de la universidad de Salford, decidieron coger su maleta y partir con su hijo en búsqueda de nuevos sonidos que calmaran sus almas convulsas.

En Ibagué encontraron el destino de sus pasos. No fue casualidad. En el pecho de Ivan y su familia, latía el corazón del canto y el arte. En Chucuní, entre el llano y la montaña, construyeron su hogar y el silencio comenzó a hacer parte de sus vidas. La música, la pusieron ellos.

Compositor, intérprete exquisito de la guitarra y cantante, Iván fue tejiendo lazos con la movida musical de la ciudad. Su alma, impregnada desde siempre de la música latinoamericana, se llenó también de bambucos y cañas, de pasillos y guabinas. Por primera vez en su vida, Iván se sintió en casa. Hizo suya las noches y los días y las calles ibaguereñas. Sus canciones comenzaron a figurar en el Concurso de duetos Garzón y Collazos y los jóvenes y reconocidos talentos locales ya interpretaban sus obras, siempre llenas de ternura. Carolina, con su voz dulce y David, su hijo, servían de maravillosos celestinos.

Innovador, persistente y con un corazón generoso, Iván no contempla la posibilidad de la quietud. Ahora, con la producción musical de su hijo, lanza en Spotify su primer álbum musical: Al fin, en casa. Una colección de 12 obras de su autoría en la que el bolero, el bambuco, la caña, el bossa y la canción latinoamericana, son la excusa para sus letras amorosas e íntimas. Es un viaje por su propia vida, un homenaje a Carolina, a Carito, su amor, un canto a la tierra que hoy anida sus pasos y sus sueños.

Iván y Carolina dan clases en la Universidad de Ibagué; David, estudia biología en la Universidad del Tolima y produce para Radio UT, Rockex, que ya va por su capítulo 50. A veces me pregunto en estos tiempos oscuros dónde queda la esperanza. Siento que la pierdo entre las noches y las tristezas y las injusticias. Afortunadamente, seres como Iván Darío Hernández Umaña y su familia, me la devuelven.

Iván… estás en Ibagué… al fín, en casa.

Pd/

Les dejo el enlace del álbum de Iván

https://open.spotify.com/album/4kXrEX5d0JUn1hwG4WlBRt?si=soSqBR49RhK_JJrZG2xifQ


La columna escrita por Carlos Pardo Viña no representa la línea editorial del medio El Cronista.co

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