Destacadas

La UT, "botín multimillonario de la politiquería" : profesor asociado

La UT, "botín multimillonario de la politiquería" : profesor asociado

La Universidad del Tolima parece estar condenada a los intereses políticos de los dirigentes de turno. Según denuncia el profesor Alexander Martínez Rivillas, la actual administración de Omar Mejía, se convirtió en lo mismo que representaba la de su antecesor José Herman Muñoz.

Incluso, asevera el docente, las toldas azules habrían superado, en cuanto a clientelismo y politiquería, lo hecho por las rojas en un pasado. *"La actual rectoría lleva varios años recorriendo el camino de la corrupción y el clientelismo*, alcanzando cotas iguales o superiores a las de su predecesor", esgrime.

El docente se atrevió a entregar cifras que denotan los "réditos electorales" que convierten a la UT en un "botín" burocrático o clientelista.

*"Más de 400 funcionarios bajo figuras de transitorios y contratistas administrativos son susceptibles de toda suerte de coacciones para que voten o militen en el 'barretismo'*. Más de 1.000 catedráticos pueden ser constreñidos para que se enfilen en tal o cual dirección del debate electoral, dada la alta vulnerabilidad de su vinculación laboral", detalla Alexander Martínez.

Es decir, la UT se convierte para los políticos de turno, en un escenario económico con el que pueden saldar deudas o cuotas adquiridas desde campaña.

Funcionarios constreñidos

*"Estos contratistas, funcionarios subordinados y catedráticos constreñidos podrían estar aportando distintas sumas de dinero u otros apoyos en las próximas campañas electorales*, lo mismo que podrían estar aceitando de modo eficiente la maquinaria clientelar del barretismo", denuncia Martínez.

Tal como se lee, el mal que señala el docente no es nuevo. Sin embargo, llama la atención porque es el mismo que se le reprochaba a la anterior administración. *"El control de la institución representa el acceso a unos votos que oscilarían entre 5.000 y 10.000.* Se trata de un secreto a voces que nadie se atreve a denunciar", asevera.

Si bien el profesor Alexander Martínez cuestiona la pasividad de los sindicatos ante  el clientelismo y la politiquería en la UT, reconoce los riesgos o implicaciones que esto conlleva.

Matoneo

*"Expresar opiniones contrarias implica de inmediato el matoneo de los medios regionales, censuras en redes, ataques ad hominem, sutiles amenazas de judicialización*, entre otras", asegura.

Pone también sobre el tapete el profesor Martínez Rivillas que otro síntoma del uso instrumental del poder rectoral se observa cuando “En días recientes, más de 400 docentes, la mayoría funcionarios-catedráticos, directivos-docentes y catedráticos, cerraron filas contra la petición de una renuncia rectoral emanada de una asamblea de profesores, sin discutir ni rebatir ninguna de las evidencias que probaron su desgreño administrativo”

Y es que, de acuerdo con el profesor Martínez, en la gestión de Mejía el presupuesto de personal administrativo pasó de $18.000 millones a $35.000 millones. Lo que representa mayor inversión burocrática.

*"A los rectores de la UT les queda relativamente fácil obtener el apoyo de cientos o de miles de personas cuando la promesa de una vinculación a la planta temporal está en el orden del día*, o de cientos de catedráticos cuando su fragilidad laboral los insta a aceptar ese tipo de invitaciones", apunta.

Poca cantidad de profesores de planta

Si bien la actual administración ha tomado como gran bandera la gratuidad educativa, en otros aspectos, denunciados desde hace varios años, se 'raja'. “Ciertamente, casi nadie quiere discutir el modelo de universidad que ejecuta el rector actual, que es similar al de las administraciones pasadas. Los reclamos en torno a la expansión burocrática, y al deterioro de todos los indicadores de investigación, impacto y pertinencia (en SCImago es clara la tendencia); las críticas al enorme problema de la calidad de los “egresados” (hoy mismo ocupamos en las pruebas Saber Pro el puesto 150 de 256 universidades e instituciones de educación superior, con apenas 145,9 puntos, muy lejos de la media nacional de las universidades, que asciende a 156 puntos. Problema en el cual persistimos hace 20 años, y no es un mero accidente, tal como la alta dirección lo quiere mostrar

A su vez, cuestiona la poca cantidad de profesores de planta, pues cerca del 80% de los docentes son catedráticos, lo que pone a la UT en la universidad pública con peor desempeño del país en esta materia. Entretanto, son nulas las publicaciones de revistas científicas reconocidas. Pero, desde espacios que deberían propiciar debate y cuestionamientos, como sindicatos, impera el silencio, acaso por conveniencias políticas.

Censura

Asevera que se está asistiendo a una fase de censura y de control autoritario de la rectoría sobre todo aquello que se perciba como antagónico. “El único canal crítico en redes sociales, “Constituyente Universitaria UT”, del cual nos podíamos valer para expresar nuestras opiniones, y que cuenta con miles de suscriptores, fue sometido a censura por parte del director del IDEAD. Evidentemente, los medios regionales tradicionales se encuentran sometidos a la agenda rectoral mediante contrataciones de publicidad o de autopropaganda”, sostiene Martínez.

Asegura que “…para acabar de rematar, no existe posibilidad alguna de elección de autoridades académicas uninominales, pues todas dependen de la buena voluntad del rector. Un concierto de lo mismo orientado a resguardar el control de multimillonarios recursos, y a obtener el silencio o la complicidad de la mayoría de docentes y administrativos de la UT”.

"Los directivos y militantes del poder rectoral ahora exigen el listado de las personas que solicitaron la renuncia del rector, al mejor estilo de una vieja práctica fascistoide", concluye Alexander Martínez.

Artículos Relacionados

Noticias Recientes