El 31 de enero del 2016 cambió por completo la vida de Yamile Arango. Ese día sufrió un escabroso hecho de violencia intrafamiliar. Ella misma dice que le marcó un antes y un después en su vida. Fue valiente, se sobrepuso y ahora cumple su sueño y por eso empieza a brillar en la televisión de los Estados Unidos.

“Esto va a sonar masoquista, y no quiero que las mujeres que son víctimas de violencia lo tomen a mal, pero yo en verdad le agradezco a la vida por haberme puesto un momento tan difícil, para hacerme aprender y crecer tanto”, manifiesta.

Yamile nació en Florencia, Caquetá, en el año 1987. Allí apenas estuvo unos días. Y luego de un breve paso por Pereira, su familia llegó a Ibagué. Ella apenas tenía tres años. Por eso se considera ibaguereña.

Sus padres se divorciaron en ese momento. Sobrevino una etapa difícil para Yamile que, junto a su madre y abuela, tuvo que rodar por casas de familiares. Hasta que su abuela compró una vivienda en el tradicional barrio 20 de julio, donde creció.

“De mi infancia tengo muchos recuerdos bonitos, y otros no tanto. Desde que mis papás se separaron entramos en una crisis económica muy dura, mi abuelita luchó para que terminara mis estudios en un colegio privado, pero eran muchas las dificultades. Había días en los que no teníamos ni para comer”, cuenta.

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Esas difíciles circunstancias forjaron el carácter fuerte de Yamile. Le sembraron el deseo de salir adelante. Se prometió ser la primera profesional de su familia. Egresada del extinto Colegio Externado, desde niña supo que sería periodista.

“En la época de Pablo Escobar prendía el televisor, y veía cómo interrumpían las novelas que miraba mi mamá para dar paso a las noticias. Pensaba que si la periodista era capaz de interrumpir la novela, era porque su trabajo era muy importante. Desde ahí le dije a mi mamá que quería tener ese mismo trabajo, ella me dijo que se llamaba periodista”, recuerda.

Creció escuchando algunas voces llenas de pesimismo. Le decían que era imposible llegar a la televisión. Pero ahí estuvo su abuela Elisa Cortés. Ella le enseñó a Yamile que podía llegar adonde quisiera, si trabajaba duro para conseguirlo.

“A ella es a quien le debo todo, mis raíces. Era una docente, una mujer muy verraca, siempre me decía que debía trabajar, que debía luchar, salir adelante, me exigía demasiado. A los tres años yo sabía leer, pero no por ser la más inteligente, sino por mi abuela”, expresa.

Desde el grado décimo, Yamile empezó a tomar clases de modelaje, de presentación. Rápidamente consiguió su primer empleo. A los 19 años se independizó.

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Ingresó a estudiar en la CUN el tecnólogo en Comunicación Social. Muy joven fue reportera de Radio Súper. Trabajaba en el día y estudiaba en las noches. Recuerda que dormía apenas tres horas, pues debía levantarse a la madrugada para acceder a información a través de Fax y después redactar en máquina de escribir.

A los 22 años era la asesora de comunicaciones del alcalde de Ibagué, en ese momento ‘Chucho’ Botero. Ya sabía lo que era trabajar con los hermanos Martínez Rosales. Laboró junto al exgobernador Oscar Barreto. Fue coordinadora de campaña presidencial de German Vargas Lleras. Trabajó en el Senado de la República. También en el Ministerio del Interior. Vivió un proceso a pasos agigantados.

“Al principio era muy difícil por mi edad. Me veían muy joven. Maduré muy rápido, pero me encanta. A mis 34 años puedo decir que tengo 17 años de experiencia. Me siento orgullosa de haber hecho tantas cosas tan chiquita”, recalca.

A inicios del 2016, Yamile fue víctima de violencia intrafamiliar. Su pareja sentimental de entonces la golpeó brutalmente. Le apuntó con un arma. Su vida corrió peligro. Su rostro quedó desfigurado. No obstante, fue valiente, se sobrepuso una vez más a las difíciles circunstancias que le ponía el destino.

“Lo malo es cuando uno se queda en eso y no lo supera. Pero cuando uno aprende, literal a golpes, uno dice bueno, valió la pena, porque me hizo más humana, más madura, más centrada en muchas cosas. Soy otra Yamile a partir de ahí”, afirma.

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Sin embargo, no lo considera como el momento más difícil de su vida. Siente que fue la muerte de su madre. La solución llegó tarde. Falleció el mismo día en el que por fin encontraron un donante de hígado. “Fue muy duro hacer el duelo. Pero creo que fui buena hija, y además siempre le dije cuánto la amaba, entonces no me quedó ese arrepentimiento”.

A raíz del episodio de violencia intrafamiliar, Yamile vio imposible rehacer su vida sentimental en Colombia. Hasta que un día, por la aplicación Tinder, conoció de manera pintoresca a su actual esposo, Ben, un francés que residía en Estados Unidos.

“Ha sido un soporte increíble. Me ha demostrado que puedo contar con él en las buenas y en las malas. Después de lo que me sucedió con mi ex, aprendí lo que nunca más toleraría, y Ben no tiene ninguna de esas cosas”, sostiene.

En octubre de 2017 llegó definitivamente a Estados Unidos. Empezó a estudiar inglés. Pero tuvo que esperar dos años para entrar a un canal de televisión. Luego de tocar muchas puertas en canales de televisión, de ir a citas de trabajo, de pasar más de 30 solicitudes, por fin fue aceptada en Univisión.

“Cuando llegas aquí no eres absolutamente nadie. No importaban mis 15 años de experiencia. Era casi como empezar de cero, sentirme una hormiguita. Pensé en devolverme. Pero hoy puedo decir que cumplí mi sueño de niña, de ser presentadora de noticias”, asegura.

Yamile en la actualidad es productora y presentadora de Univisión, uno de los canales más importantes de Estados Unidos para toda la comunidad latina. Transmite para los estados de Kansas, Nevada y pronto a Boston. De hecho, este año 2021 fue nominada a cuatro premios The Heartland Emmy Chapter, que se entrega a lo mejor del periodismo en ese país.

Llegar donde ha llegado, y seguramente quedan muchos más peldaños para avanzar, no ha sido un factor de suerte. Yamile Arango Ospina es fruto del ímpetu y entrega que le pone a todo cuanto emprende. Es una mujer que no se arredra, que la palabra claudicar no está en su diccionario, y que el periodismo es su gran pasión, por eso sus amigos cercanos siempre que hay oportunidad, le exaltan sus virtudes de una periodista talentosa, aguda, pero sobre todo con todo el compromiso.