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¿Hay que reinventarnos o adaptarnos?

¿Hay que reinventarnos o adaptarnos?

Cuando cerraron las operaciones de Uber en Colombia, la multinacional salió del mercado durante 20 días y regresó con 4 servicios diferentes, ellos se reinventaron.  

Los museos grandes en el mundo empezaron a compartir visitas guiadas por sus salas a través de redes sociales, esperando en un mediano plazo provocar a muchos de esos cibernautas a visitarlos.

“Reinventarse siempre es algo provocado, por lo general no cambiamos si no se nos obliga a ello”, dijo el profesor y psiquiatra Luis Rojas Marcos en la tercera edición del Thinking Party, organizado por Fundación Telefónica. Fue enfático al indicar que no es transformar actitudes sino alterar las conductas. Es tener otros comportamientos. 

Rojas agregó: “es muy diferente de la adaptación. Si hace frío y nos protegemos buscando calor, nos adaptamos a las distintas situaciones del medio, o a los cambios físicos. La reinvención es otra cosa, y tiene lugar cuando una persona ha de enfrentarse a un cambio importante en su vida o su entorno, negativo o positivo, que suele ocurrir de forma inesperada”. 

Nuestras empresas de maquila cambiaron de producto debido a la necesidad en el mercado. Por ellos seguir produciendo camisas o pantalones, zona de confort. Pero ahora lo que sale como pan recién horneado son los tapabocas. Se reinventaron o se adaptaron. En unos meses volverán a su mercado natural si la utilidad en los tapabocas no cubre sus necesidades como empresa. 

Las crisis nos fortalecen, se convierten en oportunidades, sacan ese animal que llevamos adentro. El abogado que se convierte en vendedor, la ama de casa que se convierte en empresaria vendiendo almuerzos a sus vecinos. Ejemplos claros de reinventarse. El vendedor que ahora comercializa tapabocas y termómetros, ese se adaptó.  

La frase “el que no cambia el cambio lo cambia” la escuché hace más de 10 años en una conferencia, hoy está más viva que nunca. Somos seres adaptativos a nuevas situaciones donde la incertidumbre es la reina del lugar. Se requiere entonces de centrarnos en analizar posibles escenarios y trabajar en esta nueva forma social que conduzca a reinventarnos, no a adaptarnos. 

En ese proceso de cambio aparecen animadores o charlatanes que le plantean a usted negocios espectaculares, de no te lo puedo creer. No trague entero. No abuse de su confianza y optimismo. Siempre dude porque de eso tan bueno no dan tanto. Nadie se gana la lotería sin comprarla. 

Es el momento de mirar hacia atrás y recordar las veces que se levantó ante un fracaso. Esa resiliencia que le permitió salir adelante ante la adversidad indican que usted es dueño de su vida y por más oscura que esté la noche si se tiene paciencia, aparece el alba. 

Las palabras de ánimo se las dice usted todos los días, se las repite todos los días, contagia a los suyos a salir adelante. El verbo crea y se proyecta a los demás. Las palabras son como imán que atrae lo bueno, pero también lo malo. 

Puedo echarme flores, pero debo trabajar para que el jardín tenga buena cosecha, no esperando que DIOS me lo de todo, porque solo verá las espinas.

 Reinventarse, entonces, requiere de estar pendiente todos los días del mercado y apuntar con disciplina a mejorar en sus procesos a ver nuevos resultados. Prueba, error, prueba, valor.  Y dejando el orgullo a un lado, ese se lo llevó el virus.

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