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Cometas en Galilea

Cometas en Galilea

La semana anterior pasó desapercibida una noticia ambiental de orden nacional que por no tener el doble sentido “Malicia-Difamación”, no fue objeto de comentarios, reproches, frases positivas o negativas, insultos y menos reconocimiento alguno. El hecho de que una multinacional de petróleos como Petrobras comunicara oficialmente a los alcaldes de Villarrica y Dolores, que la empresa retiraba sus actividades de exploración (Bloque VSM 26)del área denominada “Bosque de Galilea”, no es un evento menor.

Y digo que es noticia de carácter nacional en razón a que se estaba interviniendo con fundamento en una licencia ambiental otorgada desde 2004 por parte del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial MADT - de la época - en un ecosistema que en Colombia no hay otro igual. Resulta que esas 26.700 hectáreas configuran los últimos relictos de bosque húmedo montano del centro del país -cordillera oriental-  que posee vegetación y fauna típica de los Andes, Chocó y la Amazonía. Ese bosque nuboso es un corredor ecológico que une el Páramo de Sumapaz con los departamentos de Cundinamarca, Huila y Meta convirtiéndose en un sitio ideal para la investigación científica y la admiración internacional.

Lograr declarar el “Bosque de Galilea” como Parque Natural Regional,  después de más de 8 años de intensa labor socio-ambiental fue una gestión significativa para los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS, gracias al apoyo principalmente de las 27 familias que allí conviven, líderes y lideresas comunitarias con gran sentido territorial, consejeros, funcionarios, y los profesores investigadores de la Universidad del Tolima, Instituto Alexander Von Humbolt, la Universidad de Los Andes, grupos de investigación científica, los alcaldes, concejos municipales, los integrantes de la bancada parlamentaria y las veedurías ciudadanas que rodearon en forma persistente y permanente el interés de los actores ambientales de la zona, se hizo realidad el sueño de adoptar un instrumento declaratorio para la conservación y protección de la biodiversidad del país y el Tolima de largo aliento.

Esta estructura ambiental nutre las cuencas hidrográficas de Prado, Negro, Cuinde, Blanco, Cabrera y Cunday entre otros; además del embalse de Hidroprado y una gran extensión del sector productivo arrocero de los municipios de Prado y Purificación, quienes dicho sea de paso, poco han hecho por la cuenca alta.

La alegría de mantener despejado el Bosque de Galilea de actores extractivos, nos hace elevar imaginariamente miles de cometas de variados colores y formas en homenaje y reconocimiento a todas las personas que creyeron en este sueño colectivo. Elevar cometas por esas 389 especies de fauna silvestre que allí vivirán en su entorno natural como aves, reptiles, anfibios, mamíferos y mariposas.

Cometas en vientos de agosto que hagan visible la permanencia del oso de anteojos, el mono “Churuco”, el puma, el jaguar, la ranita de cristal, el tororoí y los jardineros (monos) del dosel  que colorean las quebradas y ríos que allí nacen y se extienden al oriente Tolimense y norte del Huila. En flora se garantiza la preservación de variedades de orquídeas, plantas carnívoras, helechos, árboles y palmas irremplazables para la humanidad.

Cometas de esperanza por esas comunidades de Alto Torres, La Cominera, La Chata, El 18, Campo Hermoso, Galilea, Riachón, El Piñal, Tres Esquinas y muchos otros sitios de esplendorosa diversidad que a partir de este año contarán con la presencia del estado para formular un plan de manejo que refleje las expectativas y deseos de los que de verdad quieren las cometas del ambientalismo del futuro.

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