Comparadas las cifras del DANE sobre el desempleo en el país, suministradas recientemente, tenemos que Ibagué se encuentra entra las primeras ciudades con un 31,7%, la cifra más alta que ha tenido la capital del Tolima en toda su historia. 

El problema de desempleo en la Ciudad Musical de Colombia, no ha sido circunstancial, debemos reconocerlo. Es un problema estructural que viene desde años atrás y sucesivas administraciones, cuyas causas son diferentes, y que se tenga noticia, los gobiernos y especialistas de entonces, atribuían este fenómeno a la violencia partidista (liberales-conservadores) de mitad del siglo pasado con el desplazamiento de campesinos a la ciudad. 70-50 años después, la situación casi es la misma, y con la llegada del coronavirus la situación se complicó aún más, no solo para Ibagué sino toda la nación.

Ante esta calamidad, sería injusto responsabilizar a la administración del Alcalde Andrés Fabián Hurtado de esta hecatombe en el desempleo. Empero, recordemos  que en tiempos de su campaña, uno de los temas sobre los que cabalgó fue el desempleo y utilizó todo tipo de artilugios para sacarle dividendos electorales a su propuesta de la creación de 30 mil empleos en su administración. 

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Pasados seis meses de su administración, que sepamos, no ha realizado ninguna actividad para cumplir su promesa de campaña, y ni siquiera los tuvo en cuenta en su descuadernado Plan de Desarrollo Municipal "Ibagué Vibra"; lo que deja en claro es que su propuesta era simplemente un anzuelo para pescar votos de incautos que se comieron el cuento de elecciones. Valga decirlo, la propuesta tal como la esbozó en campaña, tampoco quedó contemplada en el programa de gobierno inscrito en la Registraduría del Estado Civil.

Hasta el momento, lo único real de esa oferta que hizo en sus discursos de campaña, fue el empleo que le ha dado a las personas que instalaron las vallas publicitarias ofreciendo los 30 mil empleos. El resto es pura carreta.

Los únicos que han salido favorecidos con las políticas de empleo de Hurtado, han sido sus amigos, los que apoyaron su nombre o trabajaron en su campaña, quienes han recibido jugosos contratos de hasta de 10 y más millones de pesos. Reconozcamos este generoso desprendimiento del mandatario local con los impuestos que pagamos los ibaguereños. Valga afirmarlo también, se volvió práctica de los últimos alcaldes.

En el cuatrienio de Hurtado, de acuerdo a su propuesta de empleo, tendría que generar siete mil 500 puestos cada año, lo que se convierte en una empresa difícil de cumplir y menos con la situación actual derivada de la pandemia.  

Ahora con la crisis sanitaria que vivimos, sería el momento indicado para ser creativos y proyectar ideas tendientes a conservar los actuales puestos de trabajo y crear más. La única salida de enfrentar este doloroso drama social.    

Sin embargo, nos asalta el temor que este ofrecimiento de campaña del Alcalde de Ibagué, fue solo eso, una promesa con alta dosis de demagogia, pues hasta el momento, no se ha hecho mayor cosa. Si no hay nada para socializar, menos hay para articular con el sector privado, gremios y empresarios. 

La situación de desempleo es la más calamitosa que enfrentamos en la historia, y necesita de dirigentes creativos, capaces, comprometidos verdaderamente con proyectos de desarrollo regional, donde los gobiernos y el sector privado se aparten de egos, incluso de privilegios, y se pongan la misma camiseta y jueguen el mismo partido contra el desempleo. Que todo lo que se haga o proyecte lleve la premisa de crear empleo, en todos los órdenes y en todas las actividades.

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Y precisamente esto es lo que vemos difícil. Que existan consensos mutuos, donde consideramos deben estar involucradas las organizaciones de trabajadores, las universidades, los empresarios y obviamente el gobierno.  

Ojalá que los 105 mil millones de pesos que el Concejo le aprobó al Alcalde, sirvan para palear, en parte, un plan de choque contra el desempleo que, en nuestro criterio, es uno de los puntos fundamentales para el desarrollo económico, lo mismo que la salud en estos tiempos de pandemia. 

Pero sinceramente, a la fecha no encontramos en el Alcalde Hurtado, el líder capaz de orientar y dirigir una visión integral y macro, que permita implementar una política de carácter social y de desarrollo económico, que nos saque a flote de la crisis que nos deja el Covid-19. 

El primero de enero, fecha de posesión del alcalde Hurtado, nadie imaginaba el escenario en que hoy está el mundo, Colombia, el Tolima y por supuesto Ibagué. Por lo tanto, no es tiempo para pintar pajaritos en el aire. Es hora de aterrizar.