Opinión

La Libertad como derecho político

La Libertad como derecho político

Como hemos señalado en artículos anteriores, trataremos diversas áreas en que somos o podemos ser partícipes de tan importante valor.

Por lo pronto, la Libertad política, también llamada civil, se desenvuelve en el ámbito o el contexto social en que vivimos y habitamos, asumiendo y obedeciendo las ordenanzas, reglas y leyes que le son inherentes (países, naciones, territorios, instituciones). Es lo que se conoce como derecho civil, o sea, la oportunidad y el privilegio de realizar acciones y desarrollarse dentro de lo establecido.

Toda persona puede pensar, hacer y ser todo cuanto quiera o anhele al interior de una sociedad, pero siempre que lo efectúe en conformidad a la normativa jurídica de ese lugar. Efectivamente, no existen mayores impedimentos - siempre y cuando - se mueva en el marco pre- establecido por las leyes y la Constitución del conglomerado social a que pertenece.

Ahora bien, la transgresión de tales leyes, es decir, no acatar las ordenanzas jurídicas, pasar por sobre ellas, significa – irremediablemente - una falta - más o menos grave dependiendo del nivel de la misma - que trae como consecuencia una sanción punitiva y, por tanto, la libertad acaba en ese mismo instante.

Ciertamente, este tipo de Libertad ubica – teóricamente - a todos quienes habitan, por ejemplo, un país o nación, en igualdad de condiciones legales, ya que la libertad política permite, entre otras actividades, la posibilidad de reunión, de asociación, de expresión, de movilización y de sufragio. No obstante, como suele acontecer en los quehaceres humanos, no pocas veces, tanto el usufructo de esta Libertad, así como la transgresión de la misma no es asumida ni aplicada de la misma manera para la totalidad de las personas.

En efecto, lo anteriormente descrito, varia dependiendo de factores como: la capacidad económica, la situación cultural, el lugar de habitación, el estatus social, el tipo de educación, el trabajo realizado y otros hechos similares.

Sin embargo, no se puede soslayar que la Libertad política es importante y necesaria, ya que permite algún tipo de movilidad económica y crecimiento social y cultural, cuestiones siempre susceptibles de ser mejoradas y ampliadas.

Sin duda, la Libertad política constituye un avance respecto de la libertad natural, pues genera mayor equilibrio en las relaciones y abre espacios al desarrollo personal y social. Además, permite o trata de aglutinar a las personas con base a proyectos colectivos.

Ahora bien, todo lo humano es perfectible, lo cual debe ser más que un simple slogan y la libertad no escapa a esta necesidad. La Libertad civil requiere, fundamentalmente, crecientes niveles de participación y protagonismo del conjunto de los seres humanos en la elaboración de leyes y normas. Es necesario propiciar mecanismos para ello. La participación ciudadana no puede reducirse, por ejemplo, simplemente a elegir representantes cada cierto tiempo.

Por otra parte, las leyes y las constituciones necesitan ser actualizadas y enriquecidas constantemente, única forma de que no se transformen en entelequias anquilosadas, superadas por la constante movilidad de la realidad.

La Libertad - del carácter que sea - es un valor, un derecho, una responsabilidad, un ideal, una concreción y una consecuencia y, como tales, amerita que esté al alcance de todas las personas (democracia efectiva), además de estar en un permanente proceso de perfeccionamiento y fortalecimiento.

La Libertad política termina cuando se violenta el derecho de toda persona a ejercerla consciente y voluntariamente.

“Un héroe es quien entiende la responsabilidad que viene con su libertad”. Bob Dylan

“Libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír”. George Orwell

“La Ley nunca hará más libres a los hombres; son estos los que deben liberar a la Ley. ” Henry David  Thoreau


Docencia e Investigación en Filosofía
Universidad de Chile.

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