Opinión

La legitimidad de un desgobierno

La legitimidad de un desgobierno

Por  Verónica Castellanos Angee


En el sector vivienda no ha podido desarrollar la meta mínima de su programa de gobierno (Las viviendas de interés social según el manual de funciones del secretario de Planeación para este gobierno contempla las viviendas de interés social para el municipio de Belén, Nariño, no para el municipio del Líbano Tolima).

Esto ha dado como resultado el déficit de vivienda en el municipio. El equivalente a las metas de cuatro años de este gobierno es igual a cero. Desde la formulación del Plan de Desarrollo se veía el fracaso, teniendo como precedente la derrota en el Concejo Municipal y su aprobación desesperada por decreto.

Hoy el Plan de Desarrollo se encuentra preagónico, tomando en consideración  únicamente el sector vivienda, mientras en el municipio sigue creciendo el déficit habitacional como en el barrio Primero de Mayo, Coloyita, que muestra un crecimiento del área invadida con respuesta nula de la administración al igual que con el barrio La Polka.

El incremento en las invasiones ha sido notorio. La invasión “Las lomas de la paz” fue víctima de la vil vista gorda del alcalde, que con su brillante legitimidad de desgobierno, tomó la decisión de realizar el desalojo del predio invadido, después de haber jugado con la inocencia, la necesidad y la desesperación de aquellos invasores que creyeron en las falacias de este infame gobierno encabezado por Antonio Giraldo y su fiel secuaz Yamit Mendieta, quienes estuvieron en’ Las Lomas de la paz’ haciendo entrega de insumos tales como mangueras, tejas y polisombras, bajo el engaño de que a capa y espada los protegerían.

Las imágenes hablan por sí solas, los destechados se encuentran en la peor crisis humanitaria que han vivido. Decenas de familias se encuentran hacinadas en el Ghetto, mientras que personas que usufructúan bienes del municipio, disponen de esas propiedades mediante contratos de arrendamiento a muy bajo costo, convirtiendo los predios del municipio en fincas para sostener las vacas de los contratistas del municipio, y a otro lado las gentes con las más altas tasas de necesidades básicas insatisfechas en vivienda, se ven abocadas a convertir las vías públicas en su residencia en espera de una respuesta que no llega.

La urbanización irregular aparece entonces, no como un fenómeno al margen del desarrollo urbano o de las leyes de oferta y demanda, sino como un producto lógico del sistema político y social imperante y de un Plan de Desarrollo fracasado donde reina la legitimidad del desgobierno.

  • Candidata Consejo Municipal de Juventudes

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