Opinión

La información y su incidencia electoral

La información y su incidencia electoral

Por: Edgardo Ramírez 


La información de la prensa nacional y la televisión,  debe ser independiente y veraz, para que consulte los verdaderos propósitos de la sociedad y no simples medios de noticias mediáticas que no siempre se ajustan a la realidad y deslegitiman su esencia y orientación. Algunos medios de comunicación nacionales como RCN televisión y revistas como Semana, que pontifican sobre lo divino y humano y dan baculazos a diestra y siniestra contra quienes no están de acuerdo con sus intereses, le corresponderá dar un cambio en sus políticas de dirección e información si desean continuar siendo orientadores de opinión a excepción del periódico El Espectador, la revista Cambio y el diario El Cronista.co de Ibague, El Frente de Bucaramanga, y Prensa Nueva de la Costa Atlántica.

Las revistas y medios televisivos no pueden estar dirigidos por personas que se creen dueños de la verdad como la señora Vicky Dávila, que puso la revista que dirige para despotricar contra el candidato Petro, quien con su votación acalló sus diatribas infundadas.

Una nueva esperanza de cambio germinó el 19 de junio en Colombia con la elección de nuevo presidente de los colombianos Gustavo Petro. Un economista de 62 años, que en su campaña convocó a "un cambio por la vida” a una Colombia más humana". Se le presenta a su gestión y un desafío —enorme— de probar que "el cambio” es posible unidos en torno a propósitos comunes en una Colombia donde quepamos todos y no unos pocos privilegiados como ha ocurrido siempre, por culpa de una élite privilegiada y excluyente. En buena hora, diferentes directores y líderes de partidos políticos se unen a Petro en ese propósito por el cambio social.

El presidente Gustavo Petro llega al gobierno con la misión de revertir las principales consecuencias políticas, económicas y culturales de las sucesivas políticas neoliberales de las últimas tres décadas, que han retrasado al país  a saber: destrucción de la estructura productiva, concentración y centralización de las riquezas, fuga de capitales, privatizaciones, desempleo masivo, exclusión social, culto del éxito, corrupción galopante, narcotráfico, grupos alzados en armas, inmensa deuda externa e interna, bajas exportaciones, alta inflación, salud para todos, falta de educación universitaria y secundaria a grupos marginales y abandono del campo entre otros. 

Este será el punto de partida del nuevo gobierno y de su relación con los medios para una cohesión armónica y civilizada que dependerá en parte para que se baje el tono de los enfrentamientos en la ciudadanía que tanto daño le han hecho al país. De lo contrario tendría el gobierno que proponer un cambio en el monopolio de los medios de información para buscar un equilibrio informativo.

Se ha dicho que las acciones gubernamentales que plantea el nuevo presidente Gustavo Petro, existen: la necesidad de un acuerdo nacional para sacar al país adelante mediante una gestión entre los tradicionales grupos de poder económico si éstos no ceden en sus ambiciones, el perdón social, que pueden ser una ley de obediencia debida acorde con los postulados de la JEP para buscar la paz. 

La petición a organismos internacionales para investigación y reapertura de juicios a los implicados en casos de corrupción, desaparición, tortura y muerte de miles de colombianos durante los últimos 20 años y el exilio de otros centenares de connacionales que cometieron delitos y fueron “exonerados” por la Fiscalía de Martínez Neira y viven en el exterior, los casos de Odebrecht, que quedaron casi en total impunidad, Reficar, las ventas de la Electrificadora de Boyacá y Sagem  la empresa EEBB, y demás privatizaciones, y demás actos de corrupción.

La revisión de las políticas económicas de los organismos financieros nacionales e internacionales (renegociación de la deuda externa; cancelación anticipada de la deuda con el FMI); democratización de la tierra improductiva, renegociación de contratos, devolución de sumas entregadas a entidades privadas para asuntos que podía realizar el Estado, revisión de la política arancelaria que grava a las exportaciones agropecuarias —las más significativas del país— en busca de una redistribución de la riqueza. La revisión del régimen pensional respetando los derechos adquiridos, y la política extractiva por energías limpias mediante un sistema de transición.
Estos cambios necesarios y por lo que votaron las mayorías, podrán generar enfrentamientos no sólo de la oposición que será bien recibida, describen el cumplimiento del programa de gobierno, cuyo signo es el del cambio de la gestión gubernamental frente a las políticas neoliberales imperantes en las décadas precedentes, devolviendo al Estado el protagonismo concedido al mercado. El gobierno marca el rumbo y genera profundas diferencias con actores cuyo poder parecía ilimitado e incontestable o que tenía a los medios de comunicación a su servicio, lo que implicaría regulación y desconcentración de la propiedad de ese sector.

La relación entre la política y los medios de comunicación no describe una línea recta, un camino único, desde los orígenes de cada medio. Al contrario, sigue el mismo derrotero de interrupciones y cambios de rumbo abruptos en cada gobierno que llega, para  su adhesión al poder en una búsqueda de doble vía. Respecto a los partidos políticos, antes eran los partidos liberal y Conservador y hoy lo son la U, el Centro Democrático y el partido conservador, que tendrán el compromiso social de ayudar a sacar al país de la difícil situación por la que atraviesa.

Desde que el presidente Gustavo Petro empezó a percibir los factores que frenaban su ascenso en los debates por los insultos de los candidatos Gómez Martínez e Ingrid Betancur que estaban en el 1% por ciento, se abstuvo de continuar con los debates y descubrió a una prensa influyente, vocera justamente de esos segmentos sociales que se le opusieron desde un principio que difundían falsa información. A partir de entonces tuvo una natural actitud de desconfianza, de prevención y de rechazo y exigió igualdad de trato.

El hostigamiento del gobierno Duque a la campaña de Petro, que se orquestó desde la televisión nacional le fue perjudicial, mientras que su opositor Rodolfo Hernández era objeto de las mejores demostraciones de sus ejecutorias y posible ganador conforme a las encuestas que se quedaron cortas con el resultado demostrado en la elección presidencial donde resultó ganador Petro.

Los periódicos las revistas y la televisión deben informar libre y desapasionadamente, de lo contrario perderán su razón de ser de ser transmisores de los acontecimientos que están conformados por la educación y la cultura, para un conocimiento de los hechos de la sociedad y no en representantes de grupos económicos dueños de esos medios de información que llevan a pensar que debe existir una información independiente y veraz que coadyuve al progreso nacional.

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