Opinión

La Bioética

La Bioética

Por Juan Bautista Pasten G.


La Bioética, en cuanto disciplina filosófica, es relativamente nueva, de hecho, surge a mediados del siglo XX. No obstante, la Vida, su indagación, su examen y fortalecimiento, han sido temáticas fundamentales desde el origen de la Filosofía (en especial con Sócrates, Platón y Aristóteles).

En efecto, la ética representa una de las áreas filosóficas por experiencia. Para Sócrates, la ética busca orientar al ser humano con el fin de convertirlo en un hombre bueno, justo y verdadero. Platón ratifica lo señalado por su maestro, al propiciar la ética como la conducta que permite aplicar, en la vida cotidiana, los Valores o ideas universales de verdad, belleza y bien. Por su parte, Aristóteles señala a la ética como la practica de virtudes que conducen hacia la felicidad.

La reflexión ética y la acción moral buscan generar una adecuada convivencia e interacción entre las personas, así como con el medio en que habitamos y desenvolvemos. La ética tiene como objetivo sustancial, entonces, crear el ambiente de armonía social y natural en vistas de una Buena Vida, de la cual todos, sin excepción, seamos partícipes y protagonistas.


La Bioética es una de las áreas de la reflexión moral, es una rama de la ética dedicada a promover principios de comportamiento humano apropiados para el cuidado de la vida, de todos los seres vivos, así como del medio ambiente, para posibilitar condiciones idóneas para la existencia humana.


De manera más específica, podemos decir que la Bioética se ocupa de los temas éticos involucrados en la comprensión humana de la vida. “Nace por la conciencia de la reflexión crítica sobre los conflictos éticos, ocasionados por los avances de la biología y la medicina” (Enciclopedia de la Bioética, Instituto Joseph I. Rose Kennedy, 1978).

Por lo pronto, en los últimos 50 años hemos observado con atención e interés los avances científicos de toda índole. En lo que concierne a la biología y la medicina, estos han sido evidentes en muchos ámbitos y manifestaciones.

Sin embargo, junto a los conocimientos y aplicaciones mencionadas en medicina, han surgido, también, diversas interrogantes y cuestionamientos a algunas de sus intervenciones y operaciones. He aquí el espacio fundamental donde opera la bioética.

Ahora bien, la Bioética tienen 4 principios básicos, enraizados en la ética occidental. Estos cimientos son de modo resumido, los siguientes:

  1. Principio de Autonomía. La idoneidad de cada persona para actuar y desarrollar su plan de vida conforme a ideales y valores personales, sin que por ello cause daño a otras personas. En el ámbito de la ética médica, se entiende como el derecho de todo paciente a decidir sobre su propio cuerpo y sobre sí mismo.
  2. Principio de Beneficencia. En el ambiente de la ética ciudadana, se expresa en la noción de que debemos hacer el bien a quienes nos rodean. En la ética médica, consiste en sanar al paciente, lo que implica beneficiarlo.
  3. Principio de No-maleficencia. Consiste en la toma de conciencia de que la obligación de no hacer daño a otros es mas necesaria y exigente que la de hacerles el bien.
  4. Principio de Justicia. Proviene de la tradición filosófica de dar a cada cual lo que le corresponde teniendo presente la equidad, es decir, los aportes de cada uno al bien común.

El examen y aplicación de estos principios, por lo general, lleva a priorizar uno o unos principios respecto de otro u otros, lo cual implica elegir no entre lo bueno o lo malo, sino entre bienes; esto amerita análisis éticos profundos y trascendentes.

Por cierto, en la actualidad, nos enfrentamos, a menudo, a situaciones límites y, por tanto, a reflexiones y cuestionamientos éticos constantes. Entre estos hechos podemos indicar los siguientes: la eutanasia, el aborto y su legalización, la generación de alimentos transgénicos, los proyectos de genoma humanos, la clonación, la donación de órganos, uso medicinal de la marihuana, la inseminación artificial, utilización de armas químicas, los vientres de alquiler, la inteligencia artificial, entre otros.

Sin duda, son temas bastante complejos, que requieren ser examinados con criterio y amplitud de consciencia, además de adecuada sensibilidad y empatía. Todos estamos expuestos a vernos enfrentados a eventos donde debamos decidir nuestro destino o el de quienes nos circundan.

La reflexión ética nos llama a otorgarle significado profundo a nuestra vida. Este sentido vital posibilitará alcanzar la resiliencia, el amor y la fortaleza para enfrentar y vencer la multiplicidad de adversidades y problemáticas que caracterizan la existencia humana.

“La vida no es un problema a ser resuelto, sino una realidad a experimentar” . S. Kierkegaard, filósofo danés

“El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”. Buda, pensador hindú.

“La libertad consiste en ser dueños de nuestra propia vida”. Platón, filósofo griego.

 

  • Docencia e investigación en Filosofía Universidad de Chile

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