Ibagué, un reto a la sostenibilidad

La sostenibilidad es el reto al que el mundo entero se enfrenta en pleno siglo XXI con la finalidad de encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico, la conservación del medio ambiente y el desarrollo social. La globalización hizo necesario que la ONU creara los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con el fin de controlar las desmesuradas consecuencias de la industrialización y el crecimiento poblacional. 

Podría considerarse acertada la participación de la administración saliente en dichos objetivos, pues en este gobierno se han implementado medidas en materia de movilidad sostenible, la compra de hectáreas para reforestación (Bosques de Paz) y la promoción de una energía renovable. Ibagué hoy cuenta con la cicloruta más grande del departamento, la cual tiene 4.7 kilómetros de construcción y alrededor de 150 paneles solares con iluminación LED. 

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Estas políticas lograron que Ibagué estuviera honrosamente entre las 40 ciudades a nivel global y entre las tres primeras a nivel nacional en el concurso “Desafíos de ciudades” que organizó el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), donde participaron cerca de 128 capitales del mundo. Ibagué compitió con ciudades como Montería y Cali, y del orden internacional con Yokohama y Yakarta.

Los ibaguereños debemos entender que el cambio climático es una situación que no da tregua, por eso es necesario en los próximos años no abandonar estas políticas que se han venido desarrollando, y a su vez blindar a la ciudad de la amenaza de prácticas como el fracking y la minería a cielo abierto. 

De igual manera, contribuir a la descontaminación de los ríos Combeima y Chipalo a través de la construcción de dos plantas de tratamientos de aguas residuales; la implementación de una cultura de reciclaje y la reutilización de dichos residuos que garantice con ello una vinculación laboral de muchos ibaguereños al proceso de reaprovechamiento. 

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No es fácil el reto al que se enfrenta Ibagué, pero de lograr una articulación del sector público y privado, de unir los gremios, la academia y de poder tejer un trabajo conjunto, se direccionaría la Capital Musical de Colombia hacia un polo de desarrollo sostenible e industrial con responsabilidad, que exije de cada uno de los sectores y actores un compromiso genuino para con la ciudad, permitiendo con ello adelantar las estrategias arriba mencionadas y lograr el desarrollo comercial y manufacturero  que requiere Ibagué, apostándole al turismo comunitario y ecológico, sacando provecho de la excelente ubicación geográfica con la que se cuenta, así como también su clima y su suelo apto para cultivar.