Opinión

Bucle temporal

Bucle temporal

Por Carlos Pardo Viña | Escritor y periodista


Los viajes en el tiempo son matemáticamente posibles aunque irrealizables en la práctica. La teoría de la Relatividad de Einstein concibe unas líneas cerradas del tiempo. Si hipotéticamente cayéramos en uno de esos bucles, nos encontraríamos en otro espacio y tiempo y viviríamos una y otra vez la misma historia, como sucede en la película El día de la marmota de 1993 o en el cortometraje ganador del Oscar 2021: Dos completos desconocidos, en las que los personajes quedan atrapados en el mismo día, la misma hora, el mismo destino.

En realidad, no entiendo lo suficiente de matemáticas y física para comprender y menos para explicar, la existencia de esos bucles temporales, pero de una u otra manera siento que nuestro país cayó en uno de ellos.

Basta encender la tele para encontrarse con las mismas novelas, las mismas noticias, la misma desazón. En 1993, el cartel de Medellín explotó un coche bomba en Bogotá, hoy, 69 kilos de pentolita, que iban a ser usados en un atentado, fueron descubiertos en el sur de la ciudad. Hace 20 años, la telenovela más vista en Colombia era Pedro el Escamoso, hoy, Miguel Varoni protagoniza el prime time de la televisión colombiana que ya anuncia Nuevo rico nuevo pobre, la producción de 2007. Ni hablemos de Yo soy Betty, la fea, de 1999, que no se cansan de retransmitir, siempre con los mismos altos niveles de audiencia.

A finales de la década del ochenta y comienzos del noventa, el estado, en alianza con grupos paramilitares, como ha sido comprobado, desapareció a punta de muerte a la UP, el partido político de izquierda. Nadie dijo nada. Desde 2016, 904 líderes sociales han sido asesinados. Nadie dice nada.

En 1986, las normas tributarias dispuestas para la reactivación económica benefició a los grupos económicos y financieros más grandes del país. Ha sucedido con todas las reformas. ¿les suena familiar? En 1993, una niña fue hallada muerta y violada en una estación de policía del barrio Germania en Bogotá, y en 1996, en la llamada masacre de Mondoñedo, miembros de la fuerza pública secuestraron, torturaron y asesinaron cuatro estudiantes de la Universidad Distrital. ¿Les suena familiar?

Hace 30 años, los jóvenes, cansados de la injusticia, del asesinato de líderes, de la violencia, impulsaron la séptima papeleta que se convertiría en el punto de partida de una nueva constitución. Hoy los jóvenes siguen elevando su voz y ya se escuchan llamados a asambleas constituyentes sin que hayamos hecho cumplir todos los mandatos de la primera. Seguimos viviendo las mismas noticias, las mismas telenovelas, las mismas injusticias en un bucle temporal constante que nos recuerda que en este país, todo cambia para seguir igual.

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