Me uno con regocijo a este reconocimiento justo y merecido. Un tanto tardío. Esa filosofía de que la gloria es el sol de los muertos, ha sido nefasta para honrar a los vivos.

La sociedad y el Estado, están en el deber moral de exaltar, en la plenitud de sus vidas, a aquellos que, como  Arnulfo Moreno Osorio, han dedicado su talento ,su esfuerzo, su tesón, a dejar una huella profunda y perdurable en nuestra tradición artística.

En la compañía de Hernando Bustos, en el prestigioso dueto "Los Inolvidables", y, también en la soledad de su maravillosa  inspiración, y la luz intensa de sus canciones, Arnulfo Moreno, con sencillez proverbial, con  su pausado acento de tolimense autentico, y su noble condición de leal y generoso amigo, prolonga y enaltece,  la mejor  historia de nuestra música, y sigue, así,  engrandeciendo la iluminada legión de los grandes compositores e intérpretes, como Darío Garzón y Eduardo Collazos, Pedro J. Ramos, Miguel Ospina, el Pote Lara, Nicanor Velásquez, Rodrigo Silva, y en su entrañable solar  chaparraluno, Patrocinio Ortiz, Cesáreo Rocha Castilla, y Joaquín Riaño..

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Cuando superemos, con fe, fuerza y grandeza del alma, este virus emboscado y letal, de pie, con alegría y entusiasmo, en un coro multitudinario, levantemos nuestra voz agradecida para homenajear en la Concha Acústica de Ibagué, y en la plaza pública, en su natal Chaparral, la vida y la obra del maestro Arnulfo Moreno Osorio. Así lo propongo hoy, a nuestros gobernantes y a la ciudadanía,  y espero ilusionado, poder estar refundido con el corazón musical de nuestros coterráneos, en ese acontecimiento justiciero. Un fuerte abrazo, con la firme amistad de siempre.

ALBERTO SANTOFIMIO BOTERO.