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Las penas del joven Werther y su suicidio

Las penas del joven Werther y su suicidio

 

Por: Humberto Leyton

El fenómeno del suicidio es una disciplina de estadio de la psicología, quizá la más compleja dentro del campo de la medicina que ha llevado a escribir material en abundancia donde la literatura no ha sido ajena.

Dentro de este campo existe una especialidad conocida como “Autopsia Psicológica” que se ocupa de estudiar todas las características de un acontecimiento o persona que pueda sugerir una actitud suicida, donde existe el indicio de personalidad suicida o autoagresiva, depresión, trastornos mentales, traumas, desespero, entre otras. Enfermedad  contagiosa y contaminante por lo demás.

Por estos días aciagos y terribles, de incomprensión, tristeza, impotencia e incertidumbre para entender la fatal decisión de tomó una joven con escaso 32 años de vida, que se lanzó desde el puente de la variante Ibagué-Armenia y se llevó consigo a su pequeño hijo de 10 años, un amigo me recordó la célebre novela "Las penas del joven Werther" del afamado escritor J.W. Goethe, que también fue conocida con los nombre de: Las desventuras del Joven Werther, Los sufrimientos del joven Werther o simplemente El joven Werther.

Esta obra que apareció en 1774, narrada en primera persona, expone todos los tormentos, la angustia y depresión que deja un amor no correspondido y "la  fijación hacia un objetivo imposible de ser alcanzado que hace toda su vida sucumbir por falta de sentido(...) Goethe los describe con riqueza de detalles haciendo que las personas que igualmente las padecían este desamor, consiguieran identificarse con el personaje del drama. El éxito del sufrimiento por un amor platónico ha eternizado la obra de una manera que ni el propio autor lo esperaba", dice la escritora y ensayista Kellin Borges.

Un siglo después de la publicación de la novela, surge la psicología como ciencia, cuando ya la obra se había considerado como motivadora de una serie de suicidios en Inglaterra, pues en las escenas de estos actos aparecía e libro en cuestión acompañado de una carta donde el suicida explicaba los motivos de su fatal determinación. Por estos antecedentes, la novela fue prohibida en varios países en los cuales se cuentan: Italia, Alemania y Dinamarca.

Pero las Penas del joven Werther, sobreviven y en la época contemporánea (1974), el sociólogo David Phillips  bautizó con el nombre de Efecto Werther, el incremento de susidios posterior a la publicación de noticias sobre suicidios en los medios de comunicación, donde en algunos caso, no solo es abundante y en detalle la información del caso, sino que se acude al morbo y al amarillismo.

"Los estudios de Phillips han llamado la atención sobre la falta de prudencia al noticiar un acontecimiento, y la OMS (Organización Mundial de la Salud), en respuesta, lanzó una serie de objeciones que deberían ser llevadas a cabo y ser seguidas como regla por las empresas periodísticas antes de la redacción del contenido de divulgación de la noticia, para que las mismas pudieran ejercer una función preventiva y no inductiva", dice el ensayo de Borges.

Puede leer: El suicidio como fenómeno social

Esto significa respeto a la vida y a los seres humanos, responsabilidad, ética, prudencia y valoración de la información antes de emitir una noticia sobre un caso de suicidio, que se por si lleva implícito una dolorosa historia fuera cual sea la causa que haya tenido la persona que atenta contra o se quita su vida.   

No debemos perder la vista la influencia de los medios de comunicación bien como acicate del mal o como promotores de la pandemia.

El tema del suicidio es tan extenso que encierra la vida misma. La historia registra diversos motivos  para tomar esta fatal determinación, desde el honor y el valor guerrero, como el código ético del Harakiri, cargos de conciencia como de Judas, el amor o el desamor, angustias ante graves enfermedades, asuntos familiares, económicos, el gota a gota, el desempleo, entorno social, las noticias trágicas como las guerras y la violencia, sentimientos, en fin. La lista de causas no terminaría. Y los suicidas pertenecen a todas las clases sociales, razas, colores, partidos y credos religiosos.

El suicidio aunque no es considerado una solución a los problemas, si es tomado por quienes lo hacen como el punto final a sus sufrimientos. Mientras las personas con salud mental sana se dividen en dos: quienes lo consideran un acto de cobardía y los que piensan lo contrario, un acto de valor. Una discusión bizantina que no lleva a ninguna parte.

Nosotros consideramos que el susidio es un fenómeno social que involucra cantidad de situaciones a las cuales el Estado debe responder como tal, donde hay que reconocer que al menos el alcalde Jaramillo y el gobernador Barreto han anunciado que trabajarán conjuntamente diseñando una política de salud para tratar el tema; pero que también, implica la participación ciudanía a través de los estamentos que la representen, incluyendo en primer lugar a los medios de comunicación como un catalizador del mensaje de vida y antisuicida.     

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