Saludamos efusivamente el cambio de relaciones que se ha registrado entre las administraciones departamental del Tolima y municipal de Ibagué, para beneficio indudable de la región y sus habitantes.

El descongelamiento del clima tenso, incluso camorrero que se presentaba entre el gobernador Óscar Barreto y el alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo, en nada beneficiaba el desarrollo y la concordia que debe existir entre los ibaguereños y tolimenses. Valoramos el entendimiento que demostraron estos funcionarios en el lanzamiento de las fiestas sanjuaneras y sampedrinas, a la vez que pensamos que constituye un paso importante para corregir desavenencias, posibles malos entendidos y enfrentamiento abiertos que se han registrado entre estas administraciones, en la seguridad que los únicos beneficiados con estos acercamientos son las comunidades de todo el departamento y su capital.

 (Puede leer: Alcalde y Gobernador presentaron programación del Festival Folclórico)

Aspiramos que estos acuerdos conjuntos para realizar las festividades folclóricas de junio-julio, entre la gobernación del Tolima y la alcaldía de Ibagué, se trasladen a otros proyectos y programas de interés común para la población que en definitiva es la razón de ser de los gobiernos. Por eso, formulamos votos para que se lleguen a acuerdos en planes como arreglos y construcción de vías, acueductos, temas de salud,  educativos y programas productivos, entre otros.

Sabemos de las diferencias ideológicas, políticas, programáticas, de estilos de trabajo y de concebir sus soluciones, por parte de cada mandatario; pero con lo que demostraron este jueves 30 de mayo en el lanzamiento de las fiestas de nuestra raza Pijao, queremos entender que es posible entendimientos y para suscribir pactos o convenios de desarrollo, así falten escasos 18 meses para finalizar sus administraciones. Se puede hacer mucho en forma conjunta en este tiempo desde que exista voluntad de las partes.

Ojalá que este encuentro realizado bajo el simbolismo de nuestras figuras míticas folclóricas y autóctonas, que acicaló la violencia sangrienta entre liberales y conservadores de mediados del siglo pasado, sirva para también para recomponer definitivamente las relaciones del gobernador Barreto y el alcalde Jaramillo.

Desde El Cronista.co, como portal informativo, de análisis y opinión, valoramos y destacamos este cordial y casi fraternal encuentro de los mandatarios, esperamos que inicien una nueva etapa en sus agitadas relaciones que hasta ayer sostuvieron y que se abran caminos  de entendimientos y propósitos de trabajo conjunto.

Seguiremos atentos al desarrollo y profundización de estas nuevas relaciones con la esperanza que al final de sus administraciones, presenten balances donde los únicos beneficiados sean las comunidades de los diversos sectores, tendencias, colores y credos.

!Salud por ese estrechón de manos¡