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Murió fotógrafo de las marchas populares de Ibagué

Murió fotógrafo de las marchas populares de Ibagué

El pasado sábado 10 de julio, en el hospital Federico Lleras Acosta, dejó de existir el periodista cultural y fotógrafo de las marchas de protesta Carlos Ariza, quien no pudo resistir al temible Covid-19. 

Este hombre entrado en años, se caracterizó como un luchador desde lo cultural y las imágenes que capturaba en su cámara fotográfica de las manifestaciones de protesta que recorrían las calles de Ibagué. Fue un hombre de calle y era habitual verlo sentado en las bancas de la carrera 3ª, especialmente frente a la gobernación del Tolima, vendiendo el periódico Voz, libros o material político de izquierda.

Ariza, además de tomar sus registros fotográficos era protagonista de los hechos y los vivía al lado de su pueblo, de sus camaradas. 

Podríamos decir que Ariza no fue precisamente una de las tantas víctimas del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), pero sí, de esa guerra más cruel a la que nos lleva al “Sálvese quien pueda”; impuesta por las nefastas políticas gubernamentales de lanzar a la gente al rebusque a las calles en medio de la pandemia, por no ofrecer ni garantizar los elementos mínimos de subsistencia a los ciudadanos de escasos recursos. 

Al camarada Ariza, seguramente le sucedió lo que muchos de los manifestantes han dicho en las calles: “Es preferirme morir de Covid y no de hambre”, o “Estamos dispuesto a morir en las calles luchando que en la cama de Covid”; sea la frase que se aplique en este caso, lo cierto es que esta muerte es una de tantas que se han registrado en nuestro país, por falta de políticas claras de salud pública, orientadas a la atención de miles de personas que como Ariza, tienen que salir todos los días a enfrentarte a la guadaña de la muerte antes que morir de hambre encerrados en su casa. 

De los comentarios que describen la vida de Carlos Ariza en las redes sociales, hemos tomado uno que aparece en la cuenta de Facebook de Blanca Liliana Rubio Cubillos, que enmarca el sentimiento de los que conocieron y trataron al compañero Ariza, cuyos apartes dicen:  

“El encargado de inmortalizar con el lente de su cámara todas las marchas, plantones, manifestaciones y reivindicaciones  sociales en la ciudad de la capital musical de Colombia, el distribuidor del semanario Voz, el compañero que con su pausado actuar difundía las noticias de los movimientos políticos alternativos e invitaba a participar de ellos, el hombre que con posiciones políticas muy claras soñaba con una Colombia mejor, más justa, más humana, menos corrupta y que de hecho durante mucho tiempo trabajo por ese sueño desde diversos frentes. 

Durante años retrató e inmortalizó a los miembros de diferentes sindicatos como SIMATOL, SUNET, ASDETOL, SINDEPTOL y por supuesto SINTRAEMSDES.

Hoy solo podemos honrar su memoria continuar en la búsqueda de esa nueva Colombia con la que él soñaba y cuidarnos de esa terrible enfermedad que como ya sabemos es mortal. 

Paz en su tumba”.

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