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Hurtado, el alcalde distraído

Hurtado, el alcalde distraído

Por Humberto Leyton


La escenografía sobresalía, las flores y los telones habían sido colocados en forma perfecta, el sonido impecable, las luces ni se diga, solo faltaba la orden del director de pista para que salieran el presentador del programa a embelesar a la audiencia con su camisa floripondia, su caminado de artista fracasado y su lenguaje de culebrero de pueblo grande. 

Las cámaras y micrófonos ubicados estratégicamente seguían sigilosamente todo detalle de sus movimientos, los planos que le tomaban tenían en cuenta todos sus desplazamientos en el escenario, desde sus tenis blancos hasta la mínima gesticulación de su rostro, sus manos y el más leve movimiento de sus cabellos. 

Andrés Fabián Hurtado, no era el alcalde de Ibagué, estaba convertido en todo un presentador de farándula de televisión que olvidó ¿involuntariamente? dar cifras y datos concretos sobre su obra de gobierno y realizaciones como mandatario local y se dedicó con su discurso quejumbroso, como es su costumbre, a buscar responsables de su fracaso en la administración anterior. 

Porque viéndolo bien, el acto de rendición de cuentas de la Administración-Hurtado, realizado este lunes 26 de julio en las afueras del estadio Manuel Murillo Toro, fue más un espectáculo de  circo de estrella y media, que un evento oficial y serio para informar en detalle sobre la gestión de gobierno que ha cumplido.

 Su discurso estuvo lleno de lugares comunes y buenas intenciones, pero no se detuvo en ningún momento a demostrar algo importante que haya logrado como obra de gobierno. 

Quizá acudiendo a la herencia de adivinos, esotéricos, rábulas y parlanchines de sus familiares como pronosticadores del más allá, tal y como lo presenta una nota aparecida en el portal Cambio-In, el 13 de enero del 2020, bajo el título “El brujo Hurtado, una gerencia familiar”, nuestro flamante mandatario se dedicó a maquillar su liviano informe de gestión con palabras cabalísticas, a echarle la culpa a los demás de su infortunio, pero no a dejar claridad en una opinión que le exige verdaderos resultados de su obra de gobierno, tan precaria como ruidosa; porque siendo sinceros, la administración “Ibagué vibra”, tiene más de empaque que de contenido.  

Esto es precisamente lo que tiene en la cuerda floja al alcalde Hurtado, que se dedica a cacarear los anuncios y promesas que a diario hace, pero se olvida de ejecutarlos; a la vez que opta por desconocer cuando no de negar o de apropiarse del trabajo de sus antecesores como el caso de los escenarios deportivos que concluyó la anterior administración como son: el estadio auxiliar de fútbol, la pista de patinaje y el estadio de atletismo.  
 
Escenarios que han servido para que la administración actual los disfrute y para realizar las competencias deportivas a nivel nacional e internacional que ha organizado, especialmente, la gobernación del Tolima a través de Indeportes.

El alcalde debe esmerarse en concluir bien las obras como el   coliseo mayor, que también dejo financiado la administración anterior a través de convenio con el gobierno nacional y la Unidad Deportiva (coliseo y piscinas de la 42). Lo mismo que terminé y de la mejor manera el complejo de raquetas, el complejo de pista BMX y el tejódromo.

El acueducto complementario, que se encuentran en un avance de más del 80%, tampoco lo ha terminado.

Estas que son obras importantes para el desarrollo de la ciudad que permanecen en vilo. 

Ojalá nuestro alcalde show man, no haya salido contaminado de la magia y de la filosofía culebrera de sus familiares, y no se nos convierta en un prestidigitador de muchos sueños y encantos y nada de realidades.

El distraído alcalde de Ibagué, no se debe auto-engañar, 50 mil firmas piden ya su revocatoria, muestra que la gente no le come cuento, mucho menos discursos de la Ciudad de las Maravillas.

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