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El único tolimense que ha ganado una Vuelta a Colombia

El único tolimense que ha ganado una Vuelta a Colombia

Por Alejandro Hernández

Después de 53 años de haber alcanzado ese gran triunfo, ningún coterráneo suyo ha podido acariciar la gloria en la Vuelta Colombia como lo hizo en ese mes de mayo de 1968  Pedro J. cuando venció en franca lid a los grandes de ese momento: Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez, Álvaro Pachón Morales, Miguel Samacá, Rubén Darío ‘El tigrillo’ Gómez, Pablo Hernández, Javier ‘El ñato’ Suárez, Carlos ‘La bruja’ Montoya, Gustavo Rincón, Roberto ‘Pajarito’ Buitrago, entre otros. 

Pedro J nació en Chaparral, al sur del Tolima. Fue hijo de panaderos, humildes y trabajadores. La falta de plata en la casa, lo obligó a trabajar desde niño.  “Trabajaba en el día y estudiaba en la nocturna, fue una infancia bastante difícil”, recuerda. Por tanto, solo cursó hasta segundo de bachillerato hoy séptimo grado. Esa fue toda su formación académica.

Después de abandonar el colegio, y dedicarse a trabajar con su familia, también se acercó al deporte de la halterofilia. Fue el primer deporte con el cual tuvo contacto. De hecho, cuenta que estuvo becado para viajar a Los Ángeles, en Estados Unidos, donde le ofrecieron una beca. 

Sin embargo, su hermano mayor le cambió las pesas por los pedales. Le insistió a Pedro J para que se probara en el ciclismo, pues le veía aptitudes suficientes. Así, con una bicicleta prestada, corrió por primera vez: era una doble hasta Flandes. “Recuerdo que descolgué a Gualanday, y después quedé solo, llegué a la meta con ¡siete minutos de ventaja! Descubrí que era algo muy fácil”, relata.

En ese momento de su adolescencia, su familia, en especial sus padres, se oponían a que tomara el camino del ciclismo. “Ellos pensaban que eso de montar en bicicleta era algo para vagos, lo importante era trabajar”, rememora Pedro J. A su vez agrega que, “los conductores le echaban a uno la madre, que era un vago, un sinvergüenza. ¡Qué va a ser uno vago montando bicicleta! Si el deporte es vida y salud”.

La primera etapa

Más adelante, en 1962, cuando Pedro J tenía 22 años, ganó su primera etapa de una Vuelta a Colombia. El recorrido fue entre Cali y Popayán. “En ese entonces era muy difícil, porque no todas las carreteras estaban pavimentadas. La mitad sí, pero el resto eran destapadas, tocaba correr sobre tierra. Cuando llovía era peor”, apunta el tolimense. Fue en esas difíciles condiciones, en las que demostró su carácter y entereza, y donde se ganó el apodo que tuvo durante el resto de su carrera y que además lo haría famoso: ‘El León del Tolima’.

En la Vuelta de 1967 Pedro J ganó nuevamente una etapa; en esa ocasión entre Bogotá y La Dorada, Caldas. ‘El León’ ocupó el quinto lugar en esa edición de la Vuelta. Por ese entonces se sintió herido en su orgullo, pues sus patrocinadores del equipo Telepostal, (Telecom y Adpostal) le dijeron que, “usted solo consigue segundos y terceros puestos”.

Un equipo, un técnico

A lo cual respondió con exigencias. Pidió herramientas y un equipo que le permitieran hacerle frente a Martín ‘Cochise’ Rodríguez, uno de sus mayores contendores a lo largo de su carrera. Pedro J. obtuvo bicicletas traídas de Francia y le contrataron el entrenador que él mismo solicitó y que fue uno de los mejores del ciclismo colombiano, el exciclista antioqueño Francisco Luis Otálvaro.

A la siguiente Vuelta, del año 1968, fue el turno para que este aguerrido tolimense por fin ganara la competencia ciclística más importante del país, después de 8 intentos cuando corrió la primera vuelta en 1961.  Pedro J no empezó bien. De hecho, solo ganó una etapa, la 15 entre Armenia e Ibagué. Solo hasta esa etapa pudo obtener el liderazgo, que sostuvo hasta coronarse campeón el 19 de mayo de 1968. Una fecha histórica para el deporte del Tolima.

El Tolima y el derroche de alegría

No hay palabras para describir lo que sentí en ese momento. No pensé que la gente fuera a agradecer tanto que me hubiera ganado la Vuelta a Colombia, o si no yo hubiera hecho el esfuerzo de ganarme otras dos más”, manifiesta Pedro J. entre risas. 

Además, ganó otra vez una etapa de la Vuelta en la edición del año 1971. Empero, en aquella ocasión solo alcanzó la novena posición. Pedro J. también representó a Colombia en los Juegos Olímpicos de Japón 1964, la Vuelta a Uruguay, la Vuelta a México de 1964 y 19678, donde contribuyó para que el ganador fuera su compañero de equipo Álvaro Pachón. 

En la actualidad pasa sus días en Ibagué, en su casa ubicada en la carrera Sexta con calle 12, agradecido siempre de la empresa Telecom, que le dio la oportunidad de brillar en un deporte que requiere de mucho sacrificio para triunfar. Disfruta al lado de su compañera de vida, su esposa Flor María y los cuatro hijos, todos profesionales, tres de ellos viven fuera del país, pero con quienes todos los días hay un diálogo sagrado, junto a la hija que los acompaña en Ibagué.

El único tributo que había para Pedro J, fue el velódromo ubicado en el Parque Deportivo de Ibagué, que fue destruido en el año 2015. 

En todo caso, su hazaña cada vez toma más relevancia. La generación de  tolimenses que vivieron y disfrutaron ese mayo del 68 se han encargado de transmitir a  sus hijos y a los hijos de sus hijos para que el nombre de Pedro J. perdure por siempre como uno de los ciclistas grandes de este país que le dio al Tolima uno de los triunfos más clamorosos que se recuerde en la historia deportiva del departamento. “Muchas gracias a ustedes por recordarme”, dice Pedro J. mientras se retira con la satisfacción del deber cumplido.

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