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El peluquero ibaguereño que casi queda sin clientes por culpa del covid-19

El peluquero ibaguereño que casi queda sin clientes por culpa del covid-19

Por Alejandro Hernández


El 25 de marzo del año 2020 será recordado como uno de los días más difíciles en la historia de Ibagué. En esa fecha inició la primera cuarentena decretada para evitar la propagación del covid-19, que había llegado a Colombia un par de semanas atrás.

Ese mismo día la incertidumbre se apoderó de Wilson Jaramillo, un peluquero que hace más de 30 años tiene su negocio frente a la Plaza Bolívar, en pleno centro de Ibagué. Tuvo que cerrar las puertas de su negocio durante cuatro meses, sin imaginar que, por culpa del virus, perdería alrededor de 40 clientes.

Wilson nació en Ibagué, concretamente en la Clínica Tolima, hace 53 años. Tiene ascendencia paisa. Su padre fue un antioqueño que llegó al Tolima huyendo de la violencia política de mitad del siglo pasado.

De su padre no solo heredó el tono de voz golpeado, la personalidad extrovertida y las maneras amables, sino también, el conocimiento y la vocación por la peluquería. “Crecí viendo a mi padre cortar cabello. Así me interesó y así aprendí, mirando. A los 14 años ya peluqueaba a todos mis compañeros del colegio San Simón, donde hice mi bachillerato”, recuerda Wilson.

Fabio Jaramillo, su padre, es un recordado y tradicional peluquero de Ibagué. Fue el maestro de varias generaciones de peluqueros en la ciudad. En la calle 19 con carrera Tercera tenía una peluquería, donde Wilson hizo sus primeros cortes.

“Mi padre le preguntaba a los habitantes de calle que pasaban que si querían cortarse el cabello, y obvio le decían que sí. Esos me tocaban a mí, y así aprendí, con ellos. Eso los dejaba trasquilados, vueltos nada, y después mi papá los arreglaba”, cuenta Wilson entre risas.

Con los años aprendió por completo las destrezas del oficio. “La peluquería es un legado familiar. Tuve dos hermanos peluqueros, tengo una hermana estilista en Miami, otra hermana peluquera en Nueva York. Esa ha sido nuestra mejor herencia, la peluquería”, recalca.

Cuando apenas tenía 16 años fue contactado por Everardo Vallejo para que trabajara en la tradicional y ahora histórica Barbería Europa, ubicada hace más de 60 años junto a la Catedral de Ibagué. “Ahí trabajé nueve años, como hasta finales de 1989. Es un señor al cual le agradezco mucho”, expresa Wilson.

Sin embargo, sintió la necesidad de independizarse y abrir su propia peluquería. Lo hizo gracias a un préstamo que le hizo Alberto Bejarano, gerente en su momento de Cooperamos Tolima. “Me prestó $900.000, con eso fue que compré el montaje y pagué el primer arriendo del local. Así empecé”, rememora con satisfacción.

Desde finales de la década de los 80 Wilson Jaramillo tiene su negocio frente a la Plaza Bolívar, en el edifico que pertenece a la Arquidiócesis de Ibagué. Él, y su negocio, ya son parte de la historia del centro de Ibagué. Crecieron junto a la gigantesca ceiba que cubre la Plaza sobre la carrera Segunda. “Cuando apenas llegué no llegaba ni al tercer piso del Colegio Tolimense y ahora mire”.

Su negocio conserva el estilo sobrio de las peluquerías clásicas, de finales del siglo pasado. Se mantiene alejado de los mobiliarios de hoy en día, llenos de retratos de artistas urbanos colgados de las paredes y equipos de sonido que retumban mientras el peluquero cumple con su trabajo. De hecho, la peluquería se llama Gales, en homenaje a la princesa Diana.

En el segundo piso del establecimiento, Wilson también montó su oficina como abogado. Cuando tenía 40 años quiso cumplir un sueño aplazado e ingresó a estudiar Derecho en la Universidad Cooperativa. Es especialista en Derecho de Familia, en la Universidad del Rosario.

Cierro la peluquería a las 7:00 de la noche y me subo para la oficina. A veces me dan la 1:00 de la mañana haciendo mis trabajos jurídicos. Pero cuando uno quiere algo, se esfuerza y lo hace”, acota.

Empero, fue desde el 25 de marzo de 2020, que Wilson tuvo que afrontar la peor crisis profesional y económica de su vida. Tuvo que cerrar su peluquería y oficina jurídica. Iniciaba la cuarentena por el covid-19.

Las consecuencias del Covid-19

Fueron cuatro meses encerrado en la casa, me entró la incertidumbre y la desesperación. En estos momentos estoy tratando de salir de esa situación económica. Tenía unos planes de mi casa, mi carro, pagando cuotas, pero la pandemia nos cogió con las manos abajo”, reconoce.

Más allá de las pérdidas económicas, Wilson lamenta la partida de muchos clientes suyos, fallecidos a causa del covid-19. Entre la larga lista, figuran nombres como el del empresario Carlos Alvarado, fundador de Mercancentro; o también el de Henry Arias, periodista deportivo del canal PYC durante muchos años.

Lamentablemente he perdido mucha clientela. Eso me redujo las ganancias en un 50 %. Eso duele y afecta mucho, porque eran personas que uno se acostumbró a ver cada 15 o 20 días durante años. Uno sabe que todos nos vamos a morir, pero así de golpe, tantos juntos casi que en un mismo tiempo, es duro”, expresa. Según la lista que tiene, el número de clientes que no volvió a ver por culpa del Covid-19 llega a 30.

Era tan fuerte que cada dos o tres días llegaban noticias que se fue este, se fue el otro, se fue tal. Empieza a doler tanto, que es difícil no entrar en pánico. Se pregunta uno en qué momento le va a tocar también”, enfatiza.

Wilson alberga la esperanza en las nuevas generaciones. Los hijos de los clientes de Wilson, ya van hasta la Plaza Bolívar para cortarse el cabello con él. “Mi idea es seguir adelante. Ahora es turno de peluquear a los hijos y nietos”, sentencia.

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