Aída Morales Álvarez, más que reconocida actriz por su talento y versatilidad, es distinguida por su enorme carisma, sonrisa y optimismo permanente, que hace que todo el mundo termine contagiándose de su alegría.

Eso es lo que viene irradiando cada noche en cada programa del MasterChef. Su alegría, sus historias, su autenticidad, su sencillez, su humildad, la convierten en una persona que agrada a todos los participantes, pero seguramente ocurre igual con los televidentes.

En la noche de este miércoles fue la protagonista al ganarse todos los elogios del jurado, debido al gran plato que preparó. “El plato de Aída gana porque tiene historia, creatividad y sabor”, dijo uno de los jurados.

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El producto fuerte del plato que le tocó preparar a Aída era el famoso ‘chunchullo’. Desde un comienzo los televidentes la vieron feliz cuando supo que le correspondió ese producto. Evocó los sabores de la infancia en el Líbano y eso lo contó en el momento de ilustrar al jurado.

Con sencillez contó que en su casa el papá preparaba este producto y los hermanos salían a venderlo y lo que no se vendía ella, y todos en la familia lo degustaban. En un momento  le dedicó el plato a su papá ‘donde quiera que esté’. Por eso, la gran actriz, orgullo libanense, fue elegida la ‘reina del chunchullo’ y entonces se ganó lo que denominan en el concurso, el ‘pin de inmunidad’.

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Aída Morales, que viene de una familia de artistas, entre ellos también se destaca su hermano, el pintor y cantante Hernando Morales, tiene una larga trayectoria en la actuación donde ha brillado en papeles estelares en el teatro, el cine y la televisión.