Por: Diana Marìa Castillo Trujillo

Ellos son los que menos tienen que ver en este asunto, sin embargo, son los mayores damnificados. Muchos de ellos, son adoptados por CAI'S de la Policía Nacional, donde algunos han sido destruidos en su totalidad, incluso han sido incendiados con policías adentro -acto que repudiamos- y además, algunos mueren de infartos por las bombas y otros quedan quemados o perdidos: “Tres perritos siguen en el CAI de las Américas. Estamos preocupados porque hay rumores de que van a atacar ese y otros CAI donde viven perritos adoptados”, informaron en la Fan Page de Facebook . Se está buscando hogar de paso para estos animales, además de un espacio para guardarles sus casas y que no se las quemen.

En Bogotá, un chico denunció que el ESMAD lanzó gases lacrimógenos a su vivienda, envenando a su perro y matándolo casi al instante: “Tengo el corazón destrozado. Perdí una vida en esta guerra contra el Estado. Mientras el perro de mis parceros estaba en casa, el ESMAD tiró sus gases. Desgraciadamente, varios cayeron dentro rompiendo las tejas de la terraza. Mi perro se envenenó y no resistió; hoy en la mañana falleció. Este dolor es tan grande, que nadie nos ha dado ni un minuto de silencio por todos nuestros muertos”, aseveró un usuario de Facebook, refiriéndose a este lamentable hecho. Por otro lado, algunas personas han denunciado la muerte de sus Gatos en las marchas: “Me preocupa todo; no puedo dormir. Esta situación es la peor que hemos estado viviendo mis animales, mi familia y los animalitos que están en la calle. Hoy me dijeron que unos Gaticos murieron en un sector de protestas. ¿Quién puede dormir con tantas cosas?”, aseveraron los directores de la Fundación Damas Colombia, en Bucaramanga.

Una de las peores denuncias en estas marchas, fue en 'Villa del Viento en Popayán, donde al parecer, caravanas de marchantes indígenas atropellaron dos perritos, dejándolos a un lado de la vía agonizando, sin un ápice de empatía, y con la indolencia más grande, siguieron su camino; uno de los perritos murió, y al otro, los vecinos del sector lo llevaron a la Clínica Veterinaria “Mascotas”, donde recibe atención médica, debido a las graves lesiones que les dejaron.

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El Paro Nacional ha dejado a miles de animales atascados en las carreteras del país, siendo abandonados en las vías por los transportadores, tal como lo denunció la Concejala animalista de Bogotá, Andrea Padilla. Padilla hizo un llamado al Instituto Colombiano de Agricultura (ICA), al Ministerio de Agricultura, a los diferentes alcaldes, a los diferentes gremios y a los propietarios de animales respecto a ésta difícil situación: “Tienen el deber de atenderlos y brindarles unas condiciones dignas para que tomen acciones tendientes a minimizar su sufrimiento”. Otra denuncia en redes sociales de sobre el particular, es el que ocurrió con miles de Pollitos de 1 día de nacidos que fueron soltados y abandonados en una carretera del Valle del Cauca, donde defensores de Derechos de los Animales, sentaron su voz de protesta: “Por los bloqueos están sacando los pollitos de 1 día de las incubadoras a que mueran en las calles. No tenemos alimento para darles”, manifestó Gonzalo Moreno, presidente de la Federación Nacional de Avicultores (FENAVI).

Según pudimos conocer, el representante a la Cámara por Bogotá, Juan Carlos Losada y el Concejal de Medellín, Juan Jiménez Lara, radicaran un proyecto de ley que regule el uso de animales, principalmente de Caballos y Perros: “Poner a Caballos y Perros en medio de bombas de fuego con gases lacrimógenos, piedras

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y sonidos aturdidores, es crueldad al más alto nivel. No permitiremos que esto siga sucediendo. Ante ésta situación, radicaremos un Proyecto de Ley que proteja a los animales prohibiendo su uso en manifestaciones o control del orden público”, indicó el representante Losada, mientras que por su parte el concejal Jiménez recalcó que para quienes defienden la vida y la integridad de todos los animales, es doloroso ver cómo se siguen manejando protocolos de intimidación y control con Caballos Carabineros: "Muchos incluso presenciamos cómo fueron víctimas de gases lacrimógenos y otros elementos que afectan su bienestar ante el silencio cómplice de las alcaldías municipales y la Policía Nacional”.

A través de este artículo, hago un llamado a la ciudadanía, a las autoridades y a la comunidad internacional para que pongamos los ojos en los Derechos Humanos y en los Derechos de estos seres sin voz que están perdiendo la vida de manera trágica y dolorosa, sin tener la culpa en este conflicto. Los disturbios y el vandalismo tenemos que rechazarlos categóricamente, y por el contrario, apoyar el derecho constitucional a marchar, a expresarse y a mostrar descontento e inconformismo. Por consiguiente, jamás se deberá enfocar de mala forma, las desavenencias e ideologías, que pueden ser como ahora, la causa de cobrar vidas humanas y animales.

La columna escrita por Diana Marìa Castillo Trujillo no representa la línea editorial del medio El Cronista.co