Es larga la lista, y de todos los colores y sabores, sobre las lecciones que deja el Mundial de Patinaje de Velocidad. Lecciones, que indudablemente quedan como sello indeleble de un punto de partida que está obligado a convertirse en la apertura de una era de florecimiento para la ciudad.  Estas son, según El Cronista.co, esas lecciones y los lectores, por supuesto, tendrán más.

• (Puede leer: Indeportes Tolima y el Mundialde Patinaje)

• Volver la mirada al pasado solo para no cometer los errores que tanto han costado.
• Si bien, se perdieron años de oportunidades debido a la corrupción, ineficiencia y falta de visión, y de atreverse a pensar en grande, la realización de este mundial es la muestra de que se está a tiempo de recuperar el tiempo perdido.
• Asumir el compromiso de que los modernos escenarios deportivos con los que queda dotada la ciudad deben cuidarse como una de las joyas más preciadas de la ciudad.
• Oportunidad de erradicar la politiquería y el clientelismo de las entidades deportivas de la ciudad y el departamento. Hora de mirar con eficiencia estos organismos.
• Son los tiempos del trabajo en equipo. El excelente resultado de organización que se evidenció en este mundial es la muestra fehaciente de que el camino es trabajar en un propósito de unidad. Adiós egoísmo y egolatría. Construir sobre lo construido.
•  Es el momento de pensar en hacer realidad una política de cultura ciudadana visionada desde las instituciones educativas. Afianzar sentido de pertenencia y amor por Ibagué y el departamento.
• Así como Ibagué se convierte en destino deportivo gracias a la buena infraestructura de escenarios con la que queda dotada, queda lista para aprovechar su enorme potencial en campos como el cultural a través de la música, la gastronomía, el ambiental, salud, comercio. El torrente de oportunidades es enorme.