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Otra dura reprimenda del pintor Darío Ortiz Robledo

Otra dura reprimenda del pintor Darío Ortiz Robledo

En días pasados el maestro Darío Ortiz Robledo propició un interesante debate alrededor de un video promocional sobre un proyecto de infraestructura que se empezará adelantar en la capital del Atlántico.

El video, que iniciaba con la frase ‘Barranquilla, la verdadera Ciudad Musical’, fue el acicate para que el pintor Ortiz Robledo hiciera una radiografía de lo poco o nada que se hace en Ibagué para convalidar ese título de ‘Ibagué, Ciudad Musical’ del que se hace gala, pero que en el fondo es poco lo que se tiene para mostrar.

En esta ocasión el maestro Darío Ortiz vuelve y pone sobre el tapete otro polémico tema. Con el título ‘EL MUSEO INVISIBLE’, cuenta que “Con perplejidad leí en este diario (El Nuevo Día), la extensa entrevista que le hacen a Greis Cifuentes, la secretaria de Cultura de Ibagué, sobre los ejes principales del Plan de Desarrollo de Cultura para la ciudad, en los que al parecer no está incluido por ninguna parte el Museo de Arte del Tolima, ubicado hace 17 años en el barrio Belén”.

Hay que anotar que el maestro Darío Ortiz Robledo junto a otro pintor, el maestro Julio César Cuitiva, fallecido a finales de 2020, fue fundador del Museo de Arte del Tolima. Que gracias a él, por su entusiasta y consagrada gestión, el MAT ha logrado gran preponderancia en los 17 años que tiene de existencia.

Escribe el pintor Darío Ortiz que “El Museo, como sabrán los lectores, ha traído las exposiciones de arte más importante que se tengan noticia en la historia de la ciudad y es referente obligado de la cultura en todo el departamento. Sin embargo, es invisible para la Administración municipal y sus secretarías de Cultura desde el año 2013, fecha del último convenio realizado con el municipio”, es decir, la crítica también va dirigida a las anteriores administraciones.


“Hoy es el Alcalde y su Secretaria de Cultura los que no ven el Museo, por esa ceguera intencional, mañana no lo verá nadie más”.


Resalta en su texto que “aunque comparativamente mueva más público anual que la Sala del Conservatorio y haya movido en el 2008, año de la muestra de Botero más de 85 mil personas que es probablemente más público que el del Teatro Tolima y la Concha Acústica de ese año”.

Dice además que hoy se pone en riesgo la continuidad del MAT si no hay apoyo por parte de la Alcaldía “Esta ceguera y falta de apoyo de la ciudad en donde el museo, prácticamente le cuesta su cierre definitivo hace dos años y es poco probable que la institución pueda seguir existiendo si la Alcaldía no cambia esa paupérrima política cultural”.

Y agrega “Aunque para los hoteles y las oficinas de turismo son claras las atracciones para visitar la ciudad: La plaza de Bolívar, la Catedral, el Museo de Arte del Tolima, la Sala Castilla y el Panóptico; el Museo es invisible para la Alcaldía a la hora de plantear planes de cultura y repartir el presupuesto, pero lo ponen orgullosos en cuanta cartilla, mapa o plan hacen de la ciudad”.

Esta inexplicable ceguera municipal era comprensible, aunque no aceptable, en el triste conflicto entre Jaramillo y Barreto, pero ahora: ¿Cuál es la excusa para no apoyar el Museo?”.

Para hacer una defensa con argumentos sólidos de lo que significa el MAT afuera, el maestro Ortiz Robledo trae a colación una cita contundente: “La prestigiosa página Artfacts.net especializada en datos y ranking de instituciones y artistas del mundo entero, puede darnos una medida del Museo invisible. Para ellos entre 151 instituciones artísticas de Colombia, el Museo de Arte del Tolima ocupa el puesto 5 debajo de tres museos bogotanos y uno de Medellín, lo consideran la organización con mayor actividad y le tienen registradas 165 exposiciones donde han participado 800 artistas. Una cifra sorprendente si consideramos que el Museo Nacional de Colombia tiene solo 41 exposiciones registradas y menos de 200 artistas”.

Finalmente recalca en su fuerte columna  que “El MAT, por si la Alcaldía y sus empleados no lo saben, es una organización sin ánimo de lucro y sin presupuesto fijo, que administra en comodato un edificio de la Gobernación y su colección de arte, que no es ni el 10% de las obras del Museo. Las otras 540 son de colecciones privadas, que si Ibagué no las quiere tener y cuidar, junto a los eventos que traemos, bien pueden ofrecerse para su explotación y deleite a museos como la Casa de la Expedición Botánica de Mariquita, o algún museo de Honda u otras regiones del país que no tienen oportunidad de contar con un patrimonio similar. Hoy es el Alcalde y su Secretaría los que no ven el Museo, por esa ceguera intencional, mañana no lo verá nadie más”.

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