Crónicas

Centro América: volcanes, arqueología y… maras

Centro América: volcanes, arqueología y… maras

 

Por: Julio Tovar

América Central el istmo que une a las dos Américas, es un territorio con gran diversidad y la bomba de tiempo del continente debido a la presencia de innumerables volcanes; muestra al mundo el paraíso que se esconde entre dos océanos.

Me baje de la moto y me subí al bus y me fui de Panamá hasta Guatemala. Si soy yo, el mismo que el año anterior hizo una recorrido en moto por Sudamérica.

¿Y porque no se fue en moto por Centro América? La pregunta que me han hecho muchos, pero la idea era ir un poco más relajado, ver la película llamada 'Viaje desde la ventana de un bus', además el tema de seguridad en carretera es algo complejo: maras, (grupos de delincuencia organizada) pandillas y otras problemáticas hacen parte del paquete turístico de este viaje.

Afortunadamente no pasó nada, pero desde Colombia, los comentarios no son alentadores. “En Nicaragua, por ser colombiano te meten en una habitación y te golpean por que Colombia no les entrego la isla de San Andrés”, “No vayas por allá, te roban, y posiblemente te matan”, “¡Guatemala!, el mismo nombre lo dice” y así fueron muchos los comentarios de personas que sabían que iba para el Centro de América, la realidad es así, pero mi aventura fue totalmente diferente.

Llegar a Panamá y olvidarme de la gran metrópolis para adentrarme en las islas del Pacífico, y sus espectaculares playas, lejos de los conocidos shopping center, es el plan que muchos desconocen y que vale la aventura y tomar el riesgo.

Nicaragua, es la cocina de este grupo, hablar de la comida de este país es como hacer alarde de la gastronomía colombiana. La gente de este país es totalmente distinta a lo que dicen las malas lenguas, el peligro quizá esta en su relieve y en la cantidad de volcanes que adornan casi todas sus las ciudades, es una bomba de tiempo, pero no deja de ser un paisaje majestuoso, donde con un presupuesto muy bajo, puedes rodar en tabla por el costado de un volcán o asomar la cabeza en un cráter para ver el destello rojo de la lava intensa  que en cualquier momento puede hacer estragos.

Roatán y Utila son islas en el océano Atlántico y que pertenecen a Honduras, son paraísos en el agua, son el sueño de toda personas que quiere disfrutar de una playa blanca con suave arena teniendo de frente un mar de celeste, aguamarina y azules en sus distintas tonalidades. Por lo general, todo mundo sabe de Honduras y Tegucigalpa, su capital, pero aparte de esta ciudad acogedora, Honduras tiene para el viajero, una extensa oferta que va desde naturaleza intensa, arqueología y playas por el Atlántico.

El Salvador, su capital: San Salvador, donde según eso no se salva nadie, de nada sirve que en una gran glorieta se pose el Mesías sobre el centro del mundo en una escultura que es muy representativa de esta ciudad, cuando sobre ella pesa la etiqueta de ser el país más violento del mundo, y sí, allí hay gente, hay comercio, hay turismo, pero como dicen en mi país es mejor la seguridad que la policía. Ese fue un recorrido fugaz.

Se me hace agua la boca hablar de Guatemala. Visitar el centro histórico de la capital, hacer el reconocido por el arco de la antigua Guatemala, campar al frente de un volcán, que rugía como un león debido a su actividad, y ver desde allí las luces de cuatro o más  ciudades a las tres de la mañana, visitar el lago de Atytlan, almorzar en el mercado de Chichicastenango, o irse de  excursión a las zonas arqueológicas de Tical o dormir en la isla de Flores en Peten es tan solo una parte minina de las actividades que tiene Guatemala. Y ni que decir de sus habitantes, Guatemala es ese libro gráfico que vale la pena abrir una y otra vez, a parte de la economía al momento de viajar.

Belice es un país reciente, donde su lengua oficial es el inglés, donde la Reina Isabel segunda aparece en los billetes y monedas de este país. El ingreso a esta nación es totalmente gratis; llegue en bus luego de haber estado en Guatemala. Es bastante costoso, aunque se justifica por las playas que hay en sus costas y goza de tener la segunda barrera de coral más grande del mundo

Recorrer 6 países montado en un bus, es una sensación única, Viajar por el mundo te obliga a ser amigo de todas las personas que encuentras a su paso, conoces historias inimaginables, ves comida diferente, hablas con gente de todo el mundo, un alemán te saluda en su idioma, almuerzas con una pareja de franceses que te dicen que en París tengo casa donde quedarme cuando vaya y compartes el asiento del bus con otras personas que cargan una mochila y te das cuenta que  tienen tú mismo gusto por conocer el mundo y no tiene miedo de hacerlo solos o en compañía de alguien que acaban de conocer.

Lo malo de viajar es llegar a casa y darse cuenta que ya no encajas en su espacio y de la realidad que vive el  del país. ¡Vivan la personas que convierten su vida en un viaje!

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