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Rector de la UT y la avaricia institucional

Rector de la UT y la avaricia institucional

Omar Mejía y Carlos Gamboa, Rector de la Universidad del Tolima y Director del IDEAD respectivamente , son unos de los mayores exponentes y defensores de la Academia Virtual como plan de contingencia ante el riesgo que atraviesa la normalidad académica como consecuencia de la pandemia por el Covid-19, sin embargo, más que un plan de contingencia, es una decisión discriminada y segregada. 

Aquí el por qué:

¿Qué tan viable es la Educación Virtual?

No discutiremos desde la exactitud de los planes educativos virtuales, sino en cuestión de oportunidad, puesto que, quienes estudiamos de manera presencial no elegimos esta opción sólo por el contexto disciplinario sino  porque las herramientas TIC's son un valor agregado desde lo personal o lo institucional.

Tan simple como estudiantes (incluyéndome) que durante toda la carrera no poseemos herramientas como computador de mesa o portátil (algo que sí nos brinda la UT de forma presencial) y una conexión a internet de señal sostenible (si no tenemos en el campus universitario, menos en las zonas rurales).
 
Esto indica que la discusión no radica en ¿Por qué no Academia virtual?, sino ¿Para quiénes Academia virtual? … ¿Y qué sucederá con el resto? Respecto a ello no creo que el Gobierno Nacional esté en condiciones de garantizar las herramientas mínimas para cada uno de los estudiantes, con la finalidad de afrontar esta problemática educativa.

Como futuro profesional de la salud, me permito afirmar que la prioridad que nos convoca es garantizar la salud y la protección social de los colombianos ante la epidemia y el Estado de Emergencia sobre el cumplimiento de un calendario educativo sin los mecanismos académicos necesarios para propiciar la calidad.

Aunque ya veíamos venir que no habría solidaridad por parte de entidades financieras privadas como los bancos ante esta crisis social, cuando los colombianos sacaron de la crisis al sector financiero en 1999 por medio del 4x1.000 (medida que curiosamente los sigue enriqueciendo porque sigue vigente), pero … ¿Tampoco de los funcionarios públicos recibimos solidaridad en sus decisiones?

Más allá de la discusión que pueda surgir acerca de la viabilidad de la academia virtual o no, es realmente preocupante que se esté dejando a un lado la condescendencia y empatía, por la crisis social y económica por la que atraviesa la sociedad actual, ya que al Rector de la Universidad del Tolima pareciera preocuparle más el ingreso por pago de matrículas, y no “perder el tiempo” posponiendo la fecha de inicio de clases, algo que afectaría el calendario académico y por ende alargaría los ingresos de la UT por las nuevas matrículas y pines.

Más que comprender que ante esta situación de pandemia, las familias piensan más en ¿Qué comer mañana? Que el ¿Cómo y cuándo pagaremos la matrícula de nuestro hijo?; ¿Qué tan indolente debe ser una institución de Educación Superior como para que prime el tema financiero por encima de las necesidades básicas de las familias tolimenses? donde sus labores del día a día se ven restringidas sin culpa alguna por una pandemia.

Los tolimenses en este momento sobreviven de sus ahorros, de sacrificios de proyectos y sueños, de hacer rendir el mercado, pero la avaricia institucional arrasa con todo.

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