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¿Petro, el jefe Liberal?

¿Petro, el jefe Liberal?

Para nadie es un secreto, menos para los que entienden  un poco de política, que las tesis, programas y planteamientos ideológicos que viene promulgando desde hace varios años el senador y líder de la Colombia Humana, Gustavo Petro, son inminentemente de tinte liberal socialdemócrata. 

Una definición más exacta sería, en nuestro país, un liberal de izquierda, opuesto a quienes como César Gaviria, enarbolan el viejo tren del neoliberalismo vetusto y desueto. Petro no es de extrema izquierda, mucho menos 'castrochavista' ni comunista. Estos calificativos son inventos que la ultraderecha fascista-uribista saca a relucir para pescar ingenuos e incautos políticos en una nación, infortunadamente, inculta políticamente, donde un tamal, una teja de zinc o un bulto de cemento, tiene más valor que la ideología o un programa político que redima los graves problemas sociales y económicos que afrontan las inmensas mayorías colombianas. 

El que seguramente será el candidato de la Colombia Humana a la presidencia de la República en las próximas elecciones, comenzó a dilucidar su pensamiento liberal en la multitudinaria manifestación que presidió en Ibagué el 11 de abril de  2018, cuando hizo un recuento de la importancia que habían tenido para el desarrollo y la historia del país los expresidentes liberales tolimenses, como Manuel Murillo Toro en las comunicaciones; José María Melo en la inclusión de indígenas, campesinos y artesanos; Alfonso López Pumarejo, con su "Revolución en marcha", que sacó al país del feudalismo y lo encaminó al desarrollo capitalista con contenido social y recordó la cumbre moral del maestro Darío Echandía. 

Estas circunstancias, nos indican que el principal componente ideológico y filosófico de la propuesta de Petro, es genuinamente liberal. Y que por ende, tuvo en la campaña presidencial del 2018, un innegable apoyo de las bases liberales y varios dirigentes regionales de ese partido en todo el país, incluyendo al Tolima.
 
Por eso, no es raro que faltando 18 meses para las elecciones del 2022, ya senadores y dirigentes Liberales como Luis Fernando Velasco, hagan guiños a Petro, lo mismo que el hoy exsenador de Cambio Radical Rodrigo Lara, para  la conformación de una gran coalición para buscar un candidato presidencial sin exclusiones que enfrente a la ultraderecha continuista que tiene al país descuadernado.

Por este mismo camino avanzan los senadores Roy Barreras y Armando Benedetti ex-U, quienes han expresado su deseo de formar parte de esa alianza sin vetos, pero alejados de tibios y neutrales que en política, en forma camuflada, quiéranlo o no, prestan un servicio al statu quo para que todo continúe igual. 

Petro, sin duda, es un dirigente que fija posiciones y no permanece en silencio frente a situaciones graves y dolorosas que atraviesa el país de todo carácter: derecho humanos, masacres, asesinatos de dirigentes sociales, libertadores públicas, problemas sociales, económicos y culturales, entre otros.

 Esta actitud es llamada por algunos como "radical", de "polarización", especialmente por la ultraderecha y del llamado centro, como una forma de no tomar partido en lo que sucede y, más bien, de callar y aceptar en forma cómplice los atropellos del régimen contra la clase media, pequeños y medianos empresarios y sectores populares

Permanecer mudos e indiferentes ante estos hechos, es como abrirle las puertas a los atropellos y medidas lesivas contra la inmensa mayoría del pueblo colombiano.
 Ante estos acontecimientos no se puede ser neutral, tibio o de centro. 

La campaña electoral del 2022, comienza a decantarse y las experiencias de Biden en los Estados Unidos, el amplio triunfo del plebiscito de Chile, la rotunda victoria del MAS (Evo) en Bolivia y la presidencia de Fernández en la Argentina, son mensajes de cambios, donde el péndulo del reloj se mueve a favor de amplios movimientos de ciudadanos que buscan unidamente, cambiarle el rumbo a la historia. 

Y en este sentido, consideramos que el proyecto de Petro está calando en diversos sectores políticos y sociales con propuestas netamente liberales que no buscan cosa distinta que humanizar y democratizar al capitalismo. 

La coherencia y la toma de posiciones políticas claras y  definidas, son necesarias e indispensables para trazar los cambios sociales, económicos y culturales que necesita nuestro país. 

No es el tiempo de centros, neutrales, tibios e indecisos, estos solo ofrecen retoques de pintura y leves maquillajes en las estructuras de un sistema que necesita transformaciones de fondo. 
La solución está en sus manos.

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