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Pastorcito mentiroso. Parte II

Pastorcito mentiroso. Parte II

Era un pueblito donde todo era magnifico, la vida era como un cuento de hadas, la suerte no parecía acabar nunca, el amor llenaba los días y las noches, ni un enojo, ni una pizca  de soledad y hasta levantarnos temprano cada mañana resultaba inmensamente satisfactorio, la jornada de estudios era por la mañana y por la tarde. 

Todos en el pueblito nos conocíamos y nos llamábamos por los nombres o más bien por los apodos y nadie se disgustaba. Eran tiempos sanos y bonitos, en que los novios eran novios  y no como ahora “Amigos con derechos” y salían al parque de la mano, porque teníamos parque principal y era una belleza, hasta la música era sana, las letras decían “me gusta tu pelo suelto porque te cae a la espalda” hoy en día dicen” me gusta la gasolina” o “Por cuánto me lo das”.

 No teníamos celulares, ni internet, mucho menos wi-fi o whatsapp, y nos comunicábamos fácil con los amigos del combo a través de un silbido, uno estaba en la casa comiendo, cuando se oía el sonido o el silbido y de una miraba a la mamá y ella le decía ahí está 'Chiribico' buscándolo o 'Chichigua' o 'Papitas', se sabían el apodo de todos los amigos y distinguían el silbido de cada uno. 

Todas las noches salíamos a darle vueltas al parque y eso era conocido como 'La molienda', y si uno necesitaba a alguien, ahí se lo encontraba, no teníamos que ponernos citas, ni ponernos de acuerdo, todo era perfecto. 
Los profesores y alumnos éramos amigos y no se abusaba de esa amistad, qué lindos eran esos tiempos, cuando los niños decían, 'sí señor', 'no señora', 'buenos días', 'gracias', y al adulto lo respetaban, el alumno al profesor, casi que se reverenciaba hasta el curita del pueblo, uno lo adoraba, no teníamos catedral aunque la iglesia era la misma y allí encontrábamos al padre JOSE RUBÉN SALAZAR, era un verdadero santo, quienes se acuerdan de esto sabrán que no les estoy mintiendo.

Existía el teatro Andino, teníamos aeropuerto, había batallón, hipódromo, éramos una ciudad estudiantil y de todo el país llegaba gente a estudiar, los colegios eran de prestigio, el Industrial, el Instituto Tolima, el Oficial, El Instituto Nuestra Señora del Carmen, el Isidro Parra, el Claret, por eso podemos decir con orgullo, que aún contamos con gente que nos dan satisfacciones a nivel nacional e internacional, porque éramos un pueblito culto y no podemos negar que ha sido una de las épocas más bonita de nuestras vidas y son esas vivencias las que nos permiten seguir adelante, con el ejemplo, la  disciplina, el trabajo, la solidaridad y la alegría de estos personajes. 

Como la lista es larga y tenemos reconocidas y admiradas figuras, dejo un último escrito para la próxima semana y  en el completar la lista.

MARIA DEL PILAR PACHÓN PIRAQUIVE, del Líbano Tolima, es elegida primera reina nacional del café en 1983, HILDA MARTINEZ DE JARAMILLO, exsenadora, valiente mujer, la profesora ESPERANZA PARDO, profesora del Instituto Tolima, la modelo y actriz NORMA NIVIA, AYDA MORALES, actriz de teatro y televisión, MARYURI TRUJILLO, comunicadora social, MARIA CAMILA LAVERDE ARANGO, Señorita Tolima Al reinado NACIONAL DEL CAFÉ 2009,  CATHERIN PALOMINO, Señorita Tolima  a Miss mundo Colombia 1996, ADRIANA KATHERINE COCA GAITAN, señorita Tolima al Reinado Nacional de Belleza 2002, ÓSCAR OVIDIO ARIAS BRAVO, nuestro embajador del café, YAMEL LÓPEZ FORERO, ingeniero agrónomo, sobresaliente profesional, GONZALO SÁNCHEZ GÓMEZ, sociólogo, importante escritor, HENRY RENGIFO HERNADEZ, destacado periodista, GABRIEL MILLÁN LÓPEZ, ilustre ciudadano, viceministro de Desarrollo, fue diputado del Tolima, exalcalde de Ibagué, ALBERTO PIEDRAHITA PACHECO, periodista, presentador de La Luciérnaga, famoso locutor, IVÁN MONTOYA MORALES, ingeniero agrónomo, tremendo futbolista, hizo parte de las reservas del Deportes Tolima, NAYIB CHABUR, escritor, periodista, fundador de la orquesta de música tropical más grande que existe en Colombia, la San Fernando Big- Band, GUILLERMO BOTERO ALZATE, fue alcalde, murió muy joven en un accidente de tránsito, EUSEBIO BARRERO MÉNDEZ, fue personero, tesorero, notario y alcalde del Líbano, cuando eran nombrados por el gobernador, estos alcaldes fueron buenos, honrados, honestos, no se robaban un peso, como será que se repartían tierras entre los pobres y no eran capaces de agarrar un lote para sus hijos estando necesitados, como don EUSEBIO BARRERO, con 8 hijos. Pero si fuera en este presente desordenado, con Don Antonio en la Alcaldía, ningún pobre vería un pedazo de tierra porque todo se quedaría entre ellos y su familia o si no miremos lo que pasó con El Tayrona.

Con esto termina el: “Pastorcito mentiroso parte 2”

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