Opinión

Las dos caras de las protestas en el Tolima

Las dos caras de las protestas en el Tolima

Colombia vivirá uno de los 'mayos' más intensos de su historia contemporánea, la bomba social que tiene como florero de Llorente la reforma tributaria era la mecha que faltaba para iniciar principalmente con las movilizaciones sociales que se ven empañadas con actos de vandalismo en todos los rincones del país. 

La tarea de los medios de comunicación alternativos no es fácil. La polarización del país que se evidencia no solo en los hechos, sino en los posts de uno y otro lado ideológico marcan una tendencia difícil de manejar: la intolerancia. 

La sarna que corre por las venas de Colombia se llama corrupción. Un país donde se roban a nivel nacional, regional y local 50 billones de pesos en el 2020 en medio de la pandemia, cuando más se necesitaba no tiene nombre, menos dolientes. 

Un país donde la justicia no existe es el fiel reflejo del porqué las movilizaciones sociales se desmadran. Conozco casos civiles donde los jueces tardaron hasta 23 años para tomar una decisión. Casos penales de políticos de más de 15 años sin llegar a concluir nada. Los Nule, los Moreno, o para no ir lejos los contratos de los Juegos Nacionales, son la prueba reina de cómo el país se desmorona.  

Con la muerte del joven ibaguereño Santiago el 1 de mayo, presuntamente por un policía, y que ya se encuentra en investigación, exacerbó mucho más los ánimos de los jóvenes que tienen como forma de expresarse acabar con los bienes públicos y privados. 

Las dos Marías, como llamaré a esas mamás ibaguereñas en honor al mes de mayo, les dan la bendición a sus hijos, uno sale con su uniforme de policía, el otro con su balaclava hacer parte de las protestas. Ambas se reúnen a orar por el bienestar de sus hijos. 

Indignación, rabia, impotencia, siente la sociedad civil. Colombia pasa por uno de los momentos más complejos y difíciles de la historia, porque lo único que tenemos es perdedores en un país que no sana ni sanará. 

Las movilizaciones sociales, la máxima expresión de un pueblo debe retomar ese direccionamiento para protestar como voz legítima de todos lo que queremos que Colombia sea uno de los países menos inequitativos en el mundo, pero todo parte de reconocer el punto de vista del otro. 

Ojalá mayo de 2021 no sea la fecha que recordemos los colombianos como el mes de más muertos en Colombia no solo por el Covid19, sino por los actos de intolerancia. Sagrado corazón de Jesús, en vos confío.

Artículos Relacionados

Noticias Recientes