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Hay que “automaternarnos”

Hay que “automaternarnos”

Por: Óscar Viña Pardo
Comunicador Social


A la pregunta ¿quién es la persona más importante en nuestra vida?, la mayoría de las personas mencionamos sin pensarlo: mi mamá.

 En el presente texto no hablaremos de una maternidad desde el concepto biológico o de género, pretendo entender o construir en conjunto un concepto donde somos el centro y desde ahí irradiamos para todos. 

Quizás desde antes de llegar a la maternidad y por patrones culturales esa carga del ser mujer las lleva a pensar en los otros antes que en uno mismo. Ese vínculo se crea desde el mismo momento de la concepción, son 9 meses o menos en donde el lazo se hace día a día más fuerte.  

Pero el que no cambia, el cambio lo cambia decía un amigo, y la maternidad como destino dejó de ser desde hace más de una década esa premisa errónea en una sociedad como la nuestra. Un cambio lento en algunos territorios, pero que se está gestando, y el paso agigantado en empoderamiento de la mujer hace que los roles en la sociedad sean redefinidos por el bien de todos. 

'Automaternarse' no es ser egoísta, automaternarse es pensar en todas las esferas del ser humano, pero iniciando con uno mismo, nos priorizamos para así proyectarnos y dar lo mejor de nosotros en cada contexto en el que nos desenvolvemos, como hijos, como hermanos, como padres, como nietos, como amigos; como campesinos, citadinos índigenas, desplazados, como un todo.

(Puede leer: La desidia en la que vivimos hundidos)

Automaternarse es crear nuevos estereotipos donde la palabra maternar deja de ser femenina y se convierte en neutra desde la idea que presento.  Batallas desde la cotidianidad que se desvanecen porque todo cambió y se requiere de esos giros en la crianza de nuestros hijos para empezar a formar una sociedad igualitaria, donde a los hombres nos cale el concepto de ser centro, pero también dejar la piel en todo lo que hacemos.  

Automaternarse es dar más del 100% como lo hicieron nuestras madres con nosotros, muchas veces más del mil sin darnos cuenta en esa persona que dejaba de dormir por tener a sus hijos en ese castillo donde éramos reyes. Por eso, el concepto me caló, más cuando una niña de 12 años, Mayra Quiñones, desde Barbacoas en el pacífico colombiano en su exposición del ser mujer nos invita a todos sin importar género a automaternanos.

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