Opinión

Fraudes y temores electorales

Fraudes y temores electorales

Por: Edgardo Ramírez


Las frustraciones en las aspiraciones de las gentes no sólo producen enojo, miedo o desconcierto, sino a veces, intenciones no propiamente éticas en que se ven involucrados intereses propios y opuestos. Y es lo que acontece en las elecciones de las consultas de los partidos que escogieron sus candidatos a la presidencia de la República.
 
Quedó demostrado el pasado 13 de marzo, en las consultas de los partidos y elecciones de Senado y Cámara de Representantes,  que Gustavo Petro del partido Pacto Histórico tuvo la más alta votación 4.6 millones de votos, frente a los demás candidatos de partidos y movimientos políticos, y además, con significativos resultados en Cámara de Representantes con 25 escaños y 20 curules en el Senado, con los nuevos votos registrados y su fórmula vicepresidencial Francia Márquez  también alcanzó la cifra de 783.000 votos.
 
El candidato Federico Gutiérrez de la coalición Equipo Colombia, el de mayor votación de la derecha, obtuvo 2.1 millones de votos, y Sergio Fajardo 783.000 sufragios, quien aspira en la primera vuelta aumentarlos con la designación del ex ministro de Medio Ambiente y representante de las negritudes Luis Gilberto Murillo, como su fórmula vicepresidencial. 

Los candidatos Rodolfo Hernández, Francisco Gutiérrez, David Barguil, Sergio Fajardo son los posibles candidatos que tendrán la seria posibilidad de  alternar con Gustavo Petro en la aspiración presidencial.
 
Los otros candidatos, Luis Pérez Gutiérrez, Ingrid Betancourt, Juan Manuel Galán, John Milton Rodríguez y Enrique Gómez Martínez,  no tienen ninguna opción presidencial, sino hacer alianzas con los candidatos con alta votación.
 
Esas fuerzas opuestas y otras correlativas, han llevado al desconcierto a muchos votantes no solamente por los ataques y coincidencias recíprocas, sino porque los medios televisivos han convertido la información electoral en una novela dramática, que quien representa el Pacto Histórico podría expropiar, terminar con la salud, los servicios, el trabajo y no respetar los derechos adquiridos, lo que produce miedo y consiguientemente apreciaciones que se han “robado” los votos, generando airadas reclamaciones ante la organización electoral.

Las manifestaciones de fraude quedan en el subconsciente colectivo y son motivo de las grandes protestas, asaltos y daños en los bienes de la comunidad que en nada propician un ambiente de civilidad política. Que existan en todo proceso electoral errores, omisiones de lectura, registro y hasta delitos, deben ser casos aislados, y no la constante en esta clase de certámenes.
 
Las redes sociales dan cuenta de más de 400.000 votos no contabilizados al Pacto Histórico y se afirma que en aproximadamente 25.000 mesas no aparecen votos de ese partido, cuando lo que dicen los organismos electorales es que obedece una falta de correcto diseño del formulario E14,  que hace presumir que esos actos no son propiamente dolosos, pero la Registraduría Nacional del Estado Civil, deberá aclarar y los organismos de control verificar, para que prevalezca la confianza en las entidades encargadas de los escrutinios.
 
Mientras se persista en  mirar la vida con resentimiento en los demás, por opiniones contrarias, a cambio de cederle el paso a la comprensión como un estado interno ideal, no es probable que hagamos avanzar al país hacia la paz y nuevas formas de convivencia social.

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