El capitalismo tardío, en su fase de total decadencia y descomposición, nos está permitiendo ver este tipo de sainetes, farsas y pantomimas que, en defensa del "orden" establecido, nos procuran una serie de títeres, marionetas  y peleles, tanto en el  entorno global, como en el local y provinciano.
 
En esta tragicómica opereta bufa, que publicitariamente continúan llamando "democracia", con sus engaños y bufonerías, con todos los simulacros y efectismos, electoreros, teoréticos y legaliformes, lo gracioso e histriónico ha  devenido en lo fundamental e insustituible.

• Puede leer: La Farsa del "caos" y su cubrimiento mediático.

Los comportamientos zafios, incultos, crueles y brutales, así como las payasadas, torpes y malintencionadas, por parte de unos patéticos gobernante han pasado a constituirse en los elementos más representativos en el escenario mediático de la civilización occidental y cristiana (eso sí, muy cristiana).

El " tinglado de la farsa" cuenta con actorzuelos especializados  en la pantomima democratera. Personajes ridículos y grotescos que van desde el payaso-magnate Trump, el evangelico-fascista Bolsonaro, la bíblica  golpista, presidenta "interina" impuesta en Bolivia, el imaginario presidente Guaidó y el tan irreflexivo como divertido y jocoso,  subpresidente Duque -bueno, tanto él  como su palaciega esposa-, hasta los muchos promeseros mentirosos, recientemente elegidos como gobernadores y alcaldes en el territorio colombiano. Como ejemplo fehaciente de estos últimos, actores de reparto, podemos señalar a los bobilocos Hurtado y Orozco -Alcalde de Ibagué y Gobernador del Tolima respectivamente- colocados en dichos cargos por disposición del nuevo gamonal territorial, Oscar Barreto, sin cuya dirección ya nada acontece en el teatrino democratero regional.