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El abstencionismo: un mal silencioso

El abstencionismo: un mal silencioso

El voto libre del pueblo como máxima expresión de la democracia es definido por el diccionario de la Real Academia Española, como la “expresión pública o secreta de una preferencia ante una opción”.El sufragio popular ha sido un proceso histórico de muchas luchas que han librado varios estados liberales y democráticos para constituir sus naciones y autogobernarse, todo ello bajo un sistema electoral y democratico que garantiza las libertades ciudadanas.

Ante el fenómeno de la abstención , muchos países  en el mundo y también en America como Honduras , Panamá, Brasil, Ecuador, Bolivia, Perú , Paraguay, Chile y Argentina  han establecido el voto como obliligatorio. Acá habría de preguntarnos si el voto es un Derecho, hasta donde el ejercicio de un derecho puede hacerse obligatorio.

Ya en Colombia se han utilizado diferentes estrategias para fomentar la participación de los ciudadanos. Con el certificado electoral los trabajadores tienen derecho a pedir a su empleador media jornada de descanso compensatorio remunerado. Estos beneficios van hasta la reducción de un mes de servicio militar, subsidios de vivienda, descuentos en las matrículas, en el pasaporte y la cédula. 

En Colombia, el derecho al voto es universal, directo, secreto y facultativo. Este último principio faculta a las personas para ejercer o no su derecho al sufragio. Pero esto ha generado que el abstencionismo sea un problema que crece exponencialmente con la baja participación en las urnas. 

Y es que, por ejemplo, la ciudad de Ibagué no ha escapado a este fenómeno abstencionista, el cual alcanzó el 55,3 % de un total de 417.413 personas aptas para votar el pasado 27 de octubre. Esto quiere decir que tan solo un 44.7 % de la población ejerció su derecho al voto, y también refleja un crecimiento del 2 % en el abstencionismo con respecto a las elecciones regionales del año 2015. 

Las causas son muchas, pero podemos decir que las que repercuten directamente en la intención de salir a ejercer el derecho al voto son tres: la violencia, la corrupción y la crisis económica que viven miles de hogares. Esto ha generado la pérdida de credibilidad y legitimidad entre los gobernantes y los ciudadanos, donde con porcentajes que no representan el sentir mayoritario de una ciudadanía han quedado elegidos la mayoría de los alcaldes de Colombia.

Para mejorar nuestra clase dirigente y fortalecer la democracia es necesario contar con una cultura para la democracia en Ibagué. Esta debe ser la ciudad pionera en dictar un seminario a sus habitantes, donde se les informe para qué están facultadas esas personas por las que están votando. No debemos seguir permitiendo que se engañe tan fácilmente al electorado en épocas de campaña.

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