Opinión

Alcalde: ante la pobreza… creatividad

Alcalde: ante la pobreza… creatividad

Ibagué no es un municipio rico. Con altos niveles de informalidad, sin grandes industrias, con una economía basada en el pequeño comercio que cada vez invade más los sectores residenciales, bajos niveles de competitividad, (viejos) problemas estructurales en agua, empleo, salud, seguridad, movilidad y educación, y una alcaldía con las finanzas golpeadas y copada la capacidad de endeudamiento, el equipo de gobierno tiene que ponerse creativo. 

Una de las promesas de campaña es generar 15 mil empleos. Lo fácil de estas propuestas es decirlas… el cómo es lo complicado. La creación de tantos empleos sólo es posible si crea un ambiente de desarrollo que atraiga la inversión. No se trata, como se realizó en el pasado, de bajarle impuestos a las nuevas empresas que lleguen nuestra tierra. Los grandes empresarios no ven en los impuestos una prioridad. Si hay una ciudad competitiva con buenos servicios públicos, movilidad, talento calificado, y una administración que depura y hace más sencillos los procesos, mudan su producción y asumen los impuestos, especialmente si tenemos en cuenta el lugar estratégico de Ibagué.  

Pero elevar la competitividad no es tarea fácil. Se requieren vías, arreglar de una vez por todas la movilidad (una tarea que se convirtió en el enorme lunar de la administración pasada), poner en cintura a Cielsa que se está pasando de calidad con los cortes, hacer eficiente la administración del agua y para eso se necesita plata. Insisto en la valorización como una manera de financiar parte de sus políticas de gobierno.

La administración municipal, desde hace muchos años, no tiene la cultura de crear, diseñar y estructurar proyectos serios que permitan procesos de cofinanciamiento con el gobierno nacional para inducir la inversión a políticas públicas de alto impacto. Es hora de crear un equipo multidisciplinario que los cree. Hay que buscar recursos en los ministerios, y en  los diversos fondos de inversión nacional (social, rural, vial y regalías). No puede ser posible que no participemos de esos fondos solo porque no tenemos un proyecto qué presentar. Adicionalmente, los proyectos deben ser de origen estatal, pensando en las políticas de desarrollo del actual gobierno. Casi siempre son los empresarios los que presentan los proyectos, buscando, de manera legítima, réditos privados y no necesariamente el desarrollo de la región y la solución a los problemas urgentes.

Necesitamos trabajar en movilidad. Las fotomultas son impopulares pero eficientes. Medellín con 40 equipos de fotodetección, impuso más de 400 mil comparendos en 2019. Las multas por pico y placa, que sirvan de fondos para trabajar por el medio ambiente, y las restantes, para invertir en nuevas y mejores vías. No hay que temerle al sistema. Sólo hay que tenerlo claro, legal, que beneficie al municipio y no al que estructura el proyecto, realizar un proceso de selección transparente. Que los que quieran atascar la ciudad rompiendo las reglas, estacionándose donde quieran, que paguen por el espacio público que es de todos.

En fin. Señor alcalde… administrar la pobreza requiere creatividad, audacia y compromiso con la historia y el desarrollo. Si piensa en las próximas elecciones, como ha sucedido en administraciones pasadas, nos vamos para el estanco. No voté por usted, pero sigo creyendo en que puede hacerlo bien.

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