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Son los contratistas los que eligen los alcaldes

Son los contratistas los que eligen los alcaldes

Al iniciarse la campaña electoral de 2019, donde se elegirán gobernadores, alcaldes, diputados y concejales, es necesario recordar y hacer memoria, especialmente sobre la financiación y quiénes son los que realmente ponen los alcaldes.  

Mucho se habla de la corrupción en todos los departamento, incluyendo al Tolima, cuando de elecciones se trata, donde la presencia de los contratistas en las campañas electorales es preponderante, toda vez que son quienes toman la decisión en el fondo de escoger el nuevo mandatario local para un periodo de cuatro años.

Y es que ese origen de la corrupción y de acuerdo a lo consultado por El Cronista.co con expertos en el tema y que por razones de seguridad no quieren que se conozca sus nombres, la corrupción se inicia en las campañas, ya que hay contratistas que dan plata y financian a los candidatos y hay otros contratistas que sumado al dinero dan votos y terminan por elegir al de sus preferencias.

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Esto significa que los mandatarios municipales, que es donde  más se registran estos casos, el partido de los contratistas tiene de antemano asegurado una buena parte de la contratación durante el mismo periodo del respectivo alcalde.  

                                                           

En esta trama, los contratistas se dividen o clasifican entre buenos y malos. Los buenos corruptos son los que aparecen con recursos suficientes productos de hacer lavado de dinero en las obras, pueden contratar sin anticipos y entregan las obras sin problemas. Son los que aparentar tener suficientes músculo financiero.

Los denominados corruptos malos son los que de una u otra forma tratan de ser honrados, pero necesitan un anticipo que les den para hacer empresa. Al fin dicen los expertos, se gastan ese anticipo y no terminan las obras.

Es decir, los malos son los que mueven la plata del narcotráfico, pero llegan hacer los buenos del paseo en el fondo, mientras los que carecen de esta financiación, salen siendo los malos.

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Inclusive hay contratistas que llegan a poner más votos, que cualquier congresista, saben cómo cultivar la clientela especialmente en municipios de la costas tanto Caribe como Pacífica, además entre bambalinas también financias campañas del Congreso. 
Así mismo hay otros mecanismos para apoyar a un candidato y se hace de muchas maneras.

Por ejemplo, se ponen cien líderes para que lleven a su gente a votar por el candidato. O se contrata gente del barrio como pregoneros para el día de elecciones: se ponen 2.000 personas a 50.000 pesos cada una. Y lo primero que se les dice es que voten, y ahí ya van 2.000 votos, y que a los amigos y a la familia que vean por el puesto también les pidan que voten por el candidato. Y ahí va sumando.

                                            

Otra técnica que se aplica es el carrusel: coger veinte líderes y se les manda a votar con la instrucción de que se traigan el tarjetón en blanco. Salen, se les paga y se marca el tarjetón afuera y se le entrega a otra gente para que entre y vote. Y a esos también se les dice que depositen el de ellos y traigan el otro en blanco. Todo está cuadrado con un enlace en la mesa de votación. Este método últimamente se está utilizando en el Tolima, y lo conocemos todos.

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Pero donde está el negocio es en la elección de los alcaldes y los gobernadores. Todos los contratistas tienen uno o dos gobernadores. Se determinan quién es el alcalde y ellos se “arrodillan”. El mejor encuestador es el contratista más rico. Es él el que sabe cómo está el mercado de los votos. Al final del día, todas las campañas superan en 300 o 500 por ciento los topes fijados por la ley. 

Según se conoció el contratista es la mano amiga: da para recibir. Si se le da 100 millones al candidato, él me revierte como alcalde con un contrato de 1.000 millones. Y de ahí uno se puede quedar hasta con el 40 por ciento o más.

¿Cuánto vale un alcalde?

No hay contratista en pueblo pobre. Entonces el precio del alcalde es según el presupuesto del municipio. Hay municipios ricos, pero que hoy están pobres porque el anterior alcalde pidió vigencias futuras. Si el municipio está endeudado o tiene vigencias futuras, lo único que se hace es darle una “liguita” al que va a ser alcalde.

Cuando el candidato es elegido, ya la contratación la tiene empeñada con el contratista. Ya después ganar los contratos es fácil. El alcalde pone al secretario a disposición de los contratistas. Muchas veces los pliegos de licitación los diseña el contratista en su misma casa. Y los diseña de tal forma que así venga la multinacional más berraca se lo gana. 

Los actos de corrupción llega a no tener límites como en materia de contratación. Se conocen casos de municipios y ciudades muy importantes como el caso reciente de Armenia, donde la contratación fue vendida antes de las elecciones. 

                                        

Del contrato que se recibe, por 'ley', el 10 por ciento va para el alcalde, incluso más. Hubo una época en que los contratistas fueron víctimas de los funcionarios públicos… los extorsionaban. Y los contratistas elevaron los costos de los votos y les dejaron claro a los políticos que, si quieren ganar, se tienen que someter. Es que al contratista no le quedó alternativa.

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Y después de esto se arma una red de conexiones. Entonces hay mafias dentro de los organismos de control articulados a los contratistas. Y uno llama al alcalde y le dice: "Tiene siete procesos en la Procuraduría y le vale tanto la vuelta". Todo suma. 

Ahora es más rentable ser corrupto que ser narcotraficante. Hay unos 50 combos de contratistas. Hay unos combos que son más ricos que los narcos. Hay otros que tienen contratos en todo el país, pero no se meten en los contratos grandes para no hacerse visibles. Ahora los contratistas arrodillaron a los políticos.

Estas más o menos, son las normas generales de la contratación que impera en el Tolima, Colombia, y en todos los rincones de esta patria; por eso, se hace imperante la expedición de normas claras y pliegos tipo o universales que logren poner un dique a esta forma de corrupción que nace desde la misma elección de los funcionarios, donde la democracia es secuestrada por el poder del dinero.

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