Análisis

“¡Cuidado al pasar por La Dorada!” (I)

“¡Cuidado al pasar por La Dorada!” (I)

Llega la época de las vacaciones y son muchas las familias que por estos días se disponen a viajar. Un destino preferido desde el interior del país es la Costa Atlántica y la ciudad de Medellín.

Para pasar hacia estos lugares, muchos prefieren la Ruta del Sol y es ahí donde deben tener el cuidado cuando transiten por el municipio caldense de La Dorada. 

A pesar de que los paramilitares y la guerrilla ya no salen a la carretera, y que la tranquilidad que vive el país haya hecho que el desplazamiento de turistas por vía terrestre sea cada vez mayor, persiste un riesgo y es el de las "foto-multas", sistema leonino, abusivamente implementado y que ha llegado a convertirse en una fuente jugosa de ingresos municipales, tal como pareciera suceder al paso por La Dorada”, reza en uno de los apartes la columna de opinión del exgobernador Estefan Upegui publicada hace tres años.

Lo cierto es que el grado de insatisfacción de ciudadanos que se han visto afectados en los últimos años con estas dos foto-multas no para. El problema sigue latente.

Mala señalización

“Siendo ésta una vía nacional por donde transitan miles de vehículos de todo el país no tiene presentación que las autoridades municipales apliquen multas día y noche a cuanto conductor que no advierta de manera oportuna la presencia de dichas cámaras o de los pequeños y casi invisibles avisos que anuncian su existencia”, advierte en otro de los apartes del escrito de Estefan Upegui.

Y de esa falta de señalización o advertencia clara y precisa es de lo que se quejan con mayor frecuencia los viajeros cuando deben pasar por las casi 200 foto-multas que hay a lo largo y ancho del país. 

En el caso de los dos puntos que hay en La Dorada, es donde más se presentan quejas. De los varios conductores con los que habló El Cronista.co, se concentró en lo ocurrido a la señora Yolanda López, quien el 23 de diciembre de 2018 viajaba con su familia desde Ibagué hacia Medellín.

Cuenta que su sorpresa fue grande cuando en el mes de abril de 2019 recibió en su lugar de residencia un comparendo enviado por la Oficina de Tránsito de La Dorada donde le notificaban que debía cancelar una multa de 368.870 pesos, pero por no pagarla a tiempo debía cancelar 567 mil pesos como consecuencia de conducir el vehículo a velocidad superior a la máxima permitida. En el comparendo aparece que iba a una velocidad de 59.8 kilómetros por hora, cuando lo permitido en ese tramo es de 40 kilómetros.

De inmediato le escribe a la Oficina de Tránsito de La Dorada, le expresa que se trata de una injusticia por cuanto en ese tramo (kilómetro 1 La Dorada-Honda) es imposible para la mayoría de vehículos que por allí transitan, no sobrepasar los 40 kilómetros. Señala, además, en la carta que hace falta un aviso con un mensaje claro de prevención que alerte a los conductores, y de esa manera poder atender con mayor conciencia el llamado. “Esa advertencia no existe, debería aparecer un mensaje que ponga en alerta a los conductores, un mensaje preventivo”, dice. Agrega que ese mensaje a manera de ejemplo debe ser similar cuando se aproxima la doble calzada después de Puerto Salgar: “En 200 metros inicia doble calzada”.

¿Por la espalda?

Lo otro que reitera es que es imposible acudir a las audiencias para hacer los respectivos descargos porque en los días que se convocan, la mayoría de los supuestos infractores están gozando de vacaciones y ni siquiera se han enterado de que han sido sancionados.

En ese sentido y de acuerdo con lo expresado por la señora Yolanda López, resulta pertinente volver a la columna del ex gobernador del Tolima, Carlos Alberto Estefan. “Aquí el objetivo pedagógico y preventivo pasó a un segundo plano, porque la prioridad es imponer la sanción a como dé lugar mediante el uso del factor sorpresa, como una forma fácil de tomar dinero de quienes se sobrepasen en un punto determinado y casi sin alcanzar a frenar, la velocidad abruptamente exigida de 30 o 40 kilómetros por hora, luego de venir a 60 u 80 kilómetros, que es prácticamente la velocidad normal permitida en el resto del trayecto de la doble calzada”.

Y agrega “Tan estratégicamente están dispuestas las cámaras para garantizar con certeza que caiga quien por allí transite, que en la fotografía aparece la placa de atrás del vehículo y no la de adelante, lo cual prueba que se actúa por la espalda. Otra cosa fuese si se tratara de un juego limpio, de frente, en la ciudad o en una zona de paso restringido, donde por lo menos los avisos de advertencia fueran visibles”.

En consecuencia, las "foto-multas", más que una medida ejemplar, terminan por asemejarse a las "pescas milagrosas", porque no se sabe en qué momento van a aparecer y el conductor inerme no tiene más que pagarlas, siendo excesivamente costosas, con mayores veras si las hay tanto de ida como de regreso.  Mientras tanto, las arcas municipales se llenan de dinero de visitantes de todo el país, víctimas de una situación que amerita por lo menos revisarse”.

Vaya uno a saber qué tanto de esos recursos se invierten en la vía o en el puente, habiéndose convertido éste, prácticamente, en un peaje de trescientos ochenta y cinco mil pesos ($385.000) cada vez, el más caro de Colombia. Y como si fuera poco, el mensaje que llega a casa después del viaje, dice:

"(...) le solicitamos que a la mayor brevedad posible se acerque a nuestras oficinas (de La Dorada) con el fin de efectuar el pago correspondiente, evitando el inicio del proceso de cobro coactivo, el cual podría generar el embargo de sus cuentas bancarias y/o de sus bienes y el cobro de intereses moratorios y costos procesales".

(En la segunda entrega de este informe, lea cuántos comparendos y cuánta plata recaudó en solo 80 días la Oficina de Tránsito de La Dorada en los dos puntos que tiene foto-multas).

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