Santiago Zambrano Varela, se convertirá en el primer tolimense que juegue en el voleibol profesional de Europa. A sus 25 años fichó por el Stockport Volleyball Club de Manchester, Inglaterra.

Los primeros pasos

Sin embargo, sus inicios fueron en el baloncesto. Su estatura desde muy niño le permitió destacarse entre los demás. “Hacia el 2009 mi hermana empezó a entrenar voleibol en un club que se llamaba Orgullo Tolimense, cuando todavía existían las Piscinas Olímpicas. Un día fui y no tuve entrenamiento de baloncesto, entonces la entrenadora de ella me invitó a que practicara vóley con ellos. Llegué de casualidad y fue amor a primera vista”, recuerda Santiago.

Fue tanta la pasión que le despertó el voleibol que, en noveno grado, decidió abandonar el Colegio Franciscano Jiménez de Cisneros; lo hizo con la firme intención de llegar al Colegio San Simón, donde sabía que podría competir en Intercolegiados, y donde finalmente se graduó como bachiller.

“Un poquito más maduro entré a la Liga de Voleibol del Tolima. Por detalles no pude ir a Juegos Nacionales del 2012. Pero, de ahí en adelante empecé a trabajar mucho, en un proceso más serio, de cara a los Juegos del 2015. Fue cuando me convertí en armador”, cuenta el joven ibaguereño.

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El proceso

Santiago asegura que su anhelo siempre fue jugar en esa posición, antes que de atacante. “Fue una transición difícil, porque ser armador requiere muchas cualidades, que no tenía en ese momento, pero las fui adquiriendo con el tiempo. En su momento jugué de auxiliar, de opuesto y de armador, era el ‘todero’; lo que me permitió más adelante saber qué decisiones tomar, que es la función de todo armador”.

En ese sentido, alguien clave en su vida deportiva ha sido José Luis Barrero. “Ser armador implica tener liderazgo en el terreno de juego, tener habilidad, paciencia, inteligencia; y sumado a eso la disciplina y entereza, construyeron lo que hoy Santi está recogiendo”, resalta él.

Después de graduarse del colegio, para Santiago Zambrano las posibilidades de llegar al voleibol profesional eran casi nulas. Veía muy lejana la opción de dedicarse plenamente a la gran pasión de su vida. Sentía que solo podía aspirar a la competencia universitaria, tal como le aconsejaba su familia. Fue cuando ingresó a estudiar Arquitectura en la Universidad de Ibagué.

A la par, mientras estudiaba, emprendió el proyecto del Club Pinao de la mano del profe José Luis. Debía alternar las clases con los entrenamientos y algunas jornadas laborales. Así, lograron posicionar al club como un referente del voleibol a nivel local, departamental e incluso nacional. “No es que nos creamos mejores, sino que, la apuesta siempre ha sido hacer ganadores. No es solo participar, es ganar. Y en Santiago vemos uno de esos resultados“, resalta el entrenador.

 

 

 

 

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Empero, el camino no fue todo color de rosa. Hubo noches de desvelo, jornadas extenuantes. “Tenía que trabajar para ayudarme con la universidad; trabajé en cocina, en bares, en lava autos. Fueron días exigentes, porque debía dedicarme a la carrera que de por sí ya es desgastante, tenía que trabajar y encima de todo entrenar. Si uno quiere luchar por sus sueños, uno debe encontrar la manera. Eso me formó lo que soy hoy en día como persona, me enseñó que el trabajo duro tiene su recompensa”, recalca Santiago.

Cuando cursaba octavo semestre, se fue de intercambio a la Universidad de Fortaleza, Brasil. Allí estuvo entre finales de 2018 y buena parte del 2019. Siguió practicando y compitiendo voleibol, deslumbró a los brasileños con su talento y talante pijao. Fue un periodo clave que le ayudó a convencerse de su potencial, de cara a los Juegos Nacionales 2019, cuando regresó a Colombia y ocupó el sexto puesto con la delegación vinotinto y oro.

“Al finalizar el torneo se me acercó el entrenador de la Selección Colombia y me felicitó, me dijo que tenía una habilidad muy grande con mis manos; también se me acercó el estadista de la Selección a decirme que tenía muy buen desempeño como armador. Con eso, sumado a la experiencia en Brasil, me dije a mí mismo que valía la pena soñar con vivir del voleibol”.

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Sueño cumplido

Tras conversar con algunos clubes de España y Eslovenia, el pasado primero de agosto le llegó una propuesta de Inglaterra. El Stockport Volleyball de Manchester quería hacerse con los servicios del talentoso ibaguereño. “Presenté mi experiencia nacional e internacional, envíe los videos de mi juego, conversé con el presidente y el entrenador del club, personas muy cálidas, me dijeron que me necesitaban para su proyecto”.

Stockport fue creado en 2015, y en poco tiempo ha escalado hasta la segunda división del voleibol profesional de Inglaterra. El año anterior estuvo a punto de ascender a la Súper Liga. Esperan que, con el refuerzo de Santiago Zambrano, encuentren ese nuevo aire que los impulse a lo más alto.

El joven tolimense ya llegó a un acuerdo con el club inglés. Los trámites fueron surtidos. Solo les falta recibir el aval de la Federación Colombiana de Voleibol. De hecho, el próximo 15 de octubre Santiago espera estar en Manchester y convertirse en el primer tolimense que juegue en el vóley del viejo continente. Colombianos han sido muchos, pero él será el primero con sangre ‘Pinao’. “Es una felicidad y una responsabilidad enorme, no solo voy por mí, sino también, a representar un departamento y un país”.

El sueño de la Selección Colombia toma cada vez más fuerza. Sabe que con la perseverancia y la disciplina mostrada hasta ahora, es posible algún día lucir la tricolor.